Palabras del Papa al rezar el «Regina Caeli» en Aparecida

APARECIDA, domingo, 13 mayo 2007 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que pronunció Benedicto XVI al rezar la oración mariana del «Regina Caeli» tras la misa de inauguración de la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en la explanada del Santuario de Nuestra Señora Aparecida.

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[En portugués]
Queridos Hermanos y Hermanas:

Os saludo con mucho afecto a todos vosotros que vinisteis de los cuatro cantos del Brasil, de América Latina y del Caribe, así como a los que me escuchan por la radio o por la televisión. Durante la celebración de la santa misa, he invocado al Espíritu Santo pidiendo por los frutos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que, dentro de poco, tendré la ocasión de inaugurar. Pido a todos que recen por los frutos de esta gran asamblea, que llena de esperanza el porvenir de la familia latinoamericana. Sois los protagonistas del destino de vuestras Naciones. ¡Qué Dios os bendiga y os acompañe!

[En español]
Saludo con afecto a los grupos y comunidades de lengua española aquí presentes, así como a todos los que desde España y Latinoamérica se unen espiritualmente a esta celebración. Que la Virgen María os ayude a mantener viva la llama de la fe, el amor y la concordia, para que mediante el testimonio de vuestra vida y la fidelidad a vuestra vocación de bautizados seáis luz y esperanza de la humanidad. Pidamos también para que la celebración de esta Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe produzca abundantes frutos de auténtica renovación espiritual y de incansable evangelización. ¡Que Dios os bendiga!

[En inglés]
Saludo calurosamente a todos los grupos angloparlantes presentes hoy. Las familias ocupan el primer lugar del corazón de la misión evangelizadora de la Iglesia, pues es en la vida de la Familia donde nuestra vida de fe se expresa y nutre en primer lugar. Padres, vosotros sois los testigos primarios de vuestros hijos de las verdades y los valores de nuestra fe: ¡rezad con vuestros hijos y por vuestros hijos; enseñadles a través de vuestro ejemplo de fidelidad y alegría!. Ciertamente, todo discípulo, inspirado por la palabra y fortalecido por el sacramento, es llamado a la misión. Es un deber del cual nadie debe arredrarse, pues nada es mas hermoso que conocer a Cristo y darlo a conocer a los demás! Que Nuestra Señora de Guadalupe sea vuestro modelo y guía. ¡Que Dios os bendiga a todos!

[En francés]
Queridas familias y grupos franco parlantes, os saludo de todo corazón, a vosotros que vivís en el continente sudamericano, particularmente en Haití, en Guyana Francesa y en las Antillas. Esforzaos sobretodo por construir entre todos, una sociedad cada vez más solidaria y fraterna, con la preocupación de hacer descubrir a los jóvenes la grandeza de los valores familiares.

[En portugués]
Recordamos hoy el nonagésimo aniversario de las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima. Con su vehemente llamado a la conversión y a la penitencia es, sin duda, la más profética de las apariciones modernas. Pidámosle a la Madre de la Iglesia, a ella que conoce los sufrimientos y las esperanzas de la humanidad, que proteja nuestros hogares y nuestras comunidades.

De modo especial confiémosle aquellos pueblos y naciones que tienen particular necesidad, y lo hacemos con la certeza de que no dejará de atender las súplicas que con filial devoción le dirigimos.

Pienso especialmente en aquellos hermanos y hermanas que padecen hambre y, por eso, deseo recordar la «Marcha contra el hambre» promovida por el Programa Mundial de Alimentos, organismo de las Naciones Unidas encargado de la ayuda alimenticia. Esta iniciativa tiene lugar hoy en numerosas ciudades del mundo, entre las cuales Ribeirão Preto, aquí en el Brasil.

Nuestras preces se dirigen también a la Comunidad afro-brasileña que conmemora este domingo la abolición de la esclavitud en el Brasil. Que este recuerdo estimule la conciencia evangelizadora de esta realidad socio-cultural de gran importancia en la Tierra de la Santa Cruz.

Dirijo igualmente mi cordial saludo, juntamente con mis sinceros agradecimientos, a todos los Grupos y Asociaciones que aquí se encuentran. Que Dios os recompense y mantenga firmes en la fe.

Aclamemos con alegría el inicio de nuestra salvación.

Saludo especialmente las madres, que hoy celebran su día. Que Dios les bendiga!

[Traducción distribuida por el Consejo Episcopal Latinoamericano
© Copyright 2007 – Libreria Editrice Vaticana]

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ZENIT Staff

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