Al término de su reciente Asamblea Ordinaria, los prelados no han dudado en expresar su profunda preocupación ante una «situación alarmante» originada por la difusión del aborto en su país y su posible liberalización.
Así se desprende de la Nota Pastoral que han difundido bajo el título «Sí a la vida y no a la muerte, contra el aborto provocado», en la que profundizó el viernes la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos a través de su órgano informativo «Fides».
Aumento de los neonatos abandonados en la basura, de los abortos en los hospitales y de los que se practican privadamente, frecuentemente bajo presión de familias que no desean tener una «hija deshonrada»: es el panorama del que advierten los prelados.
Y admiten su particular preocupación respecto al debate sobre la completa liberalización, legalización y/o despenalización del aborto.
Tal debate -recuerdan- viene inspirado desde foros internacionales, tales como la Conferencia de Viena sobre Derechos Humanos, la Conferencia de El Cairo sobre Población (1994), la Conferencia de Pekín sobre la Mujer (1995) o la Plataforma de Acción de Pekín (2005) que tutela los derechos a la denominada salud reproductiva de la mujer.
Sobre todo es el «Protocolo de Maputo», adoptado por la sesión ordinaria de la Unión Africana (celebrada en la capital mozambiqueña en 2003) el que respalda a los partidarios de la liberalización del aborto.
La Nota episcopal retoma el hecho de que Mozambique es uno de los 15 Estados africanos (entre 53) que han ratificado tal Protocolo, cuyo artículo 14 reconoce abiertamente el llamado derecho de la mujer al aborto.
La ratificación de tal Protocolo por parte del parlamento del país se produjo «sin una precedente divulgación del texto que hiciera posible un debate sobre su contenido», lamentan los prelados de Mozambique.
El citado artículo es contrario –subraya la Nota episcopal– a la multisecular tradición africana y mozambiqueña de respeto y amor por la sacralidad de la vida humana.
Además –sigue– está en oposición con la doctrina cristiana.
«Exhortamos a nuestros fieles, a nuestros conciudadanos, en particular a aquellos que están investidos de autoridad, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad –escriben– a reflexionar seriamente sobre la necesidad urgente de defender la vida de todos los que componen el pueblo mozambiqueño».
En estos se incluyen «tanto los nacidos como los «nasciturus» [por nacer, en gestación. Ndr]», «los unos y los otros amenazados seriamente en su existencia, ya sea por el azote del Hiv/Sida, por diversas enfermedades endémicas y por un aumento de las prácticas abortivas», denuncian los obispos de Mozambique.