CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 25 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha reconocido que al llamar al cardenalato a Su Beatitud Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos (Irak) ha querido manifestar su cercanía y solidaridad a ese pueblo e invitar a las reconciliación.
En la homilía del consistorio, con el que pasaron a formar parte del Colegio cardenalicio 23 nuevos purpurados, celebrado este sábado en la basílica vaticana, el pontífice quiso recordar a las comunidades cristianas de estos pastores, en particular a las que más sufren.
«Entre éstas --se preguntó--, ¿cómo no dirigir la mirada con aprensión y afecto, en este momento de alegría, a las queridas comunidades cristianas que se encuentran en Irak?».
«Estos hermanos y hermanas en la fe experimentan en su propia carne las dramáticas consecuencias de un conflicto que perdura y viven en una situación política sumamente frágil y delicada», reconoció el Papa.
«Al llamar a formar parte del Colegio de los cardenales al patriarca de la Iglesia caldea --aclaró--, he querido expresar concretamente mi cercanía espiritual y mi afecto a esas poblaciones».
El Santo Padre reafirmó así «la solidaridad de toda la Iglesia a favor de los cristianos de aquella amada tierra y exhortar a que se invoque del Dios misericordioso la deseada reconciliación y la paz para todos los pueblos involucrados».
El cardenal Emmanuel III Delly, de 80 años, ha comentado así las palabras del Papa en la primera página de la edición italiana de «L’Osservatore Romano» de este domingo: «Ha sido un honor, no sólo para mí, sino para todo el país, para todos los iraquíes sin distinción».
«El Señor nos ha dado el don de la inteligencia para hablarnos los unos a los otros, para dialogar, pues mientras no hay paz no hay seguridad», concluye el nuevo purpurado.
Por Jesús Colina