ROMA, martes, 8 enero 2008 (ZENIT.org).- La preparación del próximo Sínodo de los Obispos está suscitando numerosas iniciativas para la promoción de la Palabra de Dios hasta el punto de que varios obispos o las mismas conferencias episcopales han elegido como programa pastoral temas relacionados con la misma.

Lo ha revelado el arzobispo Nikola Eterović, secretario general del Sínodo de los Obispos, al intervenir en el Congreso promovido por la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Lateranense sobre el tema central del XII Sínodo de los Obispos, que se celebrará en El Vaticano, del 5 al 26 de octubre de 2008.

En su discurso, el prelado anunció que «se han puesto a disposición publicaciones sobre la Sagrada Escritura, tanto a nivel científico como de divulgación popular», mientras que «se organizan congresos de estudio sobre el tema sinodal y muchas personas, en especial religiosas y religiosos de los monasterios de clausura, aseguran su oración».

El arzobispo Eterović trazó un breve repaso histórico de los sínodos precedentes, subrayando que el tema de la Palabra de Dios estaba ya en las preocupaciones pastorales, a tenor de las consultas hechas antes de los sínodos de los años noventa.

«La elección del tema de la Palabra de Dios fue acogida muy bien en la Iglesia universal -afirmó-- como lo demuestran, en primer lugar, las numerosísimas respuestas a los  Lineamenta que han hecho los sínodos católicos sui iuris de las Iglesias orientales, las conferencias episcopales y otros organismos eclesiales, así como muchas instituciones monásticas, congregaciones religiosas e incluso fieles a título personal».

De los 152 organismos colegiados institucionales consultados por la Secretaría General, mediante carta, 99 respondieron sugiriendo veinte argumentos, y de ellos 17 indicaron el de la Palabra de Dios.

Los otros dos temas que tuvieron mayor frecuencia fueron «la iniciación cristiana y el catecumenado en la nueva evangelización del mundo secularizado» (ocho preferencias) y «la misión de la Iglesia en favor de la justicia, la paz y la caridad frente a los desafíos de la sociedad globalizada» (ocho preferencias).

El tema para el Sínodo de octubre, indicó el prelado, está estrechamente  relacionado con el del precedente («La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia») porque la Palabra de Dios es uno de los «dos banquetes» de la celebración eucarística.

Todo este material será examinado por el Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo (de quince miembros, de los que doce son elegidos por el anterior Sínodo y tres nombrados por el Papa), el 22 y 23 de enero próximos, con vistas a la redacción del Instrumentum Laboris, que servirá como documento de profundización y reflexión para toda la Iglesia. Mientras tanto, los Lineamenta han sido publicados ya, además de en las ocho lenguas acostumbradas, también en árabe y chino, lo que indica la grandes expectativas que ha suscitado el tema.

El arzobispo subrayó que se advierte la exigencia de un redescubrimiento de la constitución dogmática Dei Verbum, «uno de los documentos más importantes del  Concilio Vaticano II» y que, según afirma Benedicto XVI, «dio un fuerte impulso a la valorización de la Palabra de Dios, del que derivó una profunda renovación de la vida de la comunidad eclesial, sobre todo en la predicación, en la catequesis, en la teología, en la espiritualidad y en las relaciones ecuménicas».

En cuanto a las relaciones ecuménicas, el próximo Sínodo contará con la participación de delegados fraternos, en representación de Iglesias y comunidades eclesiales cristianas.

«El Sínodo de los Obispos --añadió monseñor Eterović-- deberá también volver sobre  algunas lagunas en el conocimiento de la Biblia, sobre la parcialidad en su interpretación y sobre las omisiones en el campo del apostolado bíblico».

«Quizá la Dei verbum no ha sido suficientemente acogida a nivel de la Iglesia universal, dijo, expresando la esperanza de que la asamblea sinodal contribuya «a recuperar la pasión por la Palabra de Dios en la Iglesia».

«Auspiciamos un nuevo esfuerzo en cuidar las traducciones de la Biblia, con una presentación adecuada a los fieles, incluyendo también un comentario esencial y necesario para acompañarles en la lectura eclesial», añadió.

El prelado subrayó «la importancia del redescubrimiento de la exégesis canónica» siempre que «no se limite al método histórico-crítico sino que incluya los cuatro sentidos de la Escritura».

«La reflexión sinodal, por tanto, debería volver sobre la relación entre Escritura y Tradición, de la que la Iglesia conoce el sagrado depósito de la fe, y que es interpretada de modo auténtico por el magisterio, es decir por el Papa y por los obispos que están en comunión con el Obispos de Roma», añadió.

Observó que hace falta también «un nuevo impulso al conocimiento de la Escritura que corresponde (...) al conocimiento de Jesús» y añadió que «una renovada familiaridad con la Palabra de Dios podrá tener influencia positiva en la actividad postoral de la Iglesia en el mundo contemporáneo, en especial en la promoción de la paz, de la justicia, de la esperanza y de la caridad».

«Sólo queda desear que el redescubrimiento de la Palabra de Dios aporte ‘una nueva primavera' a la Iglesia, como auguró el Santo Padre Benedicto XVI», concluyó.

Por  Mirko Testa, traducido del italiano por Nieves San Martín