CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 9 enero 2008 (ZENIT.org).- El obispo de la Diócesis de Eldoret (oeste de Kenia), monseñor Cornelius Kipng’eno Arap Korir, ha explicado que la mayoría de las cerca de cien personas asesinadas en su diócesis a raíz de la explosión de violencia registrada en los últimos días aún no han sido enterradas.
A los habitantes les da miedo ocuparse de los muertos, porque corren en peligro al ir a sus casas, razón por la que en muchas casas todavía yacen cadáveres.
El obispo considera que urge enterrarlos, para lo cual ha pedido apoyo a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), institución de ayuda de derecho pontificio.
Además, el prelado insta al Gobierno keniata a encargarse de que las principales carreteras a Eldoret vuelvan a ser transitables, y exige un tránsito seguro para los vehículos que transportan ayuda humanitaria para las familias afectadas por una ola de violencia que no cesa.
Asegura que tan sólo en la diócesis de Eldoret hay más de 100.000 desplazados, y que muchos de ellos, que han recorrido decenas de kilómetros a pie, buscan ahora refugio en las iglesias y, sobre todo, en la catedral.
Entre ellos hay también hijos de personas que han muerto hace pocos días en la iglesia que fue incendiada. Sin embargo, no hay espacio suficiente para todos.
«La gente duerme al raso pese al frío, y ya han muerto niños debido a las penalidades a las que se ven expuestos», informa el obispo.
Añade que, entretanto, la ayuda material suministrada por varias organizaciones está empezando a llegar, pero que muchas personas están fuertemente traumatizadas, por lo que, además de víveres, medicamentos y alojamientos provisionales, también precisan del apoyo de asistentes sociales y psicólogos.
También en este punto, el obispo ha pedido ayuda a AIN, porque entiende que la Iglesia no puede abandonar a la gente a sus miedos y traumas psíquicos.
El obispo ha condenado la violencia, que considera motivada tanto por razones políticas como étnicas, y ha lanzado un llamamiento para que se ponga fin de inmediato a las hostilidades y «se creen las condiciones que hagan posibles el diálogo, la paz, la reconciliación y el retorno a la normalidad».
El obispo apela a los dirigentes políticos para que «encuentren una solución duradera a la crisis que asola a Kenia».
Un sacerdote que trabaja en Kenia ha explicado a Ayuda a la Iglesia Necesitada que la gente está «hasta las narices» de que estas situaciones se repitan una y otra vez. Un año sí y al otro también se prende fuego a sus casas, obligando a las familias a empezar de nuevo de cero, aunque precisa que esta vez está siendo peor que nunca.
La diócesis de Eldoret se encuentra en el centro de los graves disturbios que se desencadenaron tras los comicios presidenciales del 27 de diciembre. Ayuda a la Iglesia Necesitada ha decidido destinar una ayuda de 16 mil euros (más de 23 mil dólares) a esta diócesis.
