CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 13 enero 2008 (ZENIT.org).- La diplomacia debe defender la vida humana y las convicciones religiosas de las personas para dar esperanza, constata el portavoz de la Santa Sede, ilustrando la propuesta que ha hecho al inicio del nuevo año Benedicto XVI.
El padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha comentado el discurso que le Papa dirigió al Cuerpo Diplomático, el 7 de enero, basado en esta constatación: «La Iglesia está profundamente convencida de que la humanidad constituye una sola familia».
En el editorial del último número de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano, del que también es director, el padre Lombardi ha recordado cómo el Santo Padre «subraya que la comunidad internacional tiene hoy ante sí la tarea fundamental de responder a los deseos de paz y justicia del mundo».
«Para lograr un desarrollo justo y sostenible es necesario un clima de paz, de seguridad, de estabilidad. Además, se necesita trabajar sobre el sólido cimiento de lo que es permanente y esencial para la persona: su grandeza y dignidad» constata.
«Grande puede ser, por lo tanto, el papel de las instituciones internacionales como las Naciones Unidas, si siguen comprometiéndose para poner en acción la Declaración universal de los Derechos del Hombre», indica el sacerdote.
«Y ahora --añade--, después del voto sobre la moratoria para la pena de muerte [en el seno de las Naciones Unidas, ndr.], sería bueno discutir a nivel internacional sobre la defensa de la vida y su carácter sagrado, reconocer la importancia de la familia y la necesidad de la libertad religiosa».
Asegurando la participación de la Iglesia al esfuerzo común, el Papa concluía su discurso a los embajadores acreditados ante la Santa Sede afirmando: «La diplomacia es, en cierto modo, el arte de la esperanza. Vive de la esperanza e intenta discernir incluso sus signos más tenues. La diplomacia debe dar esperanza».
Recordando que en su encíclica Spe salvi Benedicto XVI ha invitado a todos a la esperanza, su portavoz comenta: «también la diplomacia y la política encuentran en esta perspectiva su significado más noble».