LIMA, domingo, 13 enero 2008 (ZENIT.org).- Tras la reciente liberación de dos colombianas que permanecieron secuestradas por cerca de seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el cardenal Juan Luis Cipriani, en su programa «Diálogo de Fe», del sábado 12 de enero mostró su indignación al conocer que este grupo subversivo mantiene a personas encadenadas para impedir que huyan, y; que al mismo tiempo somete a más de 700 secuestrados de una manera brutal y abusiva como parte de un planteamiento político.
«¿Cómo podemos decir que es un planteamiento político el encadenar a la gente como animales, el mentir, secuestrar, matar y separar a los seres queridos? En nombre de ninguna justicia y en nombre de ningún proyecto político se puede hablar de violencia», dijo el arzobispo de Lima.
Asimismo, afirmó que esto no tiene que ver sólo con el oscurecimiento de las conciencias porque se apagó la luz de Dios o porque no hay una relación y un examen personal con el Señor. «Esto es un asunto de imponerse unos a otros, de programas políticos, de influencias de tipo económico; es decir, el hombre en su pura dimensión material».
El cardenal Cipriani también indicó que la verdad y la justicia están íntimamente unidas. La verdad es primero, mientras que la justicia es la consecuencia de la verdad. «Si hay verdad, la justicia sale por si sola; en cambio, si hay justicia no se puede estar seguro si hubo verdad, si simplemente se ganó el juicio o se impuso la opinión».
Comentó que en estos días estuvo hablando con un político internacional que le manifestó: «que en la actualidad existe un problema. En el mundo de hoy la política no le interesa a la gente, especialmente, a la juventud. Esto se debe a que la política ha dejado de brindar un servicio a la colectividad y se ha convertido; tantas veces, en el modo de capturar el poder y de abusar de los demás».
«Para él, la política está dejando de tener la responsabilidad social de buscar la verdad, de aplicar la justicia y el bien para la mayoría», dijo.
«El Señor no puede estar entrando a nuestra vida sólo cuando tengamos una emergencia o dificultad. Lo que Dios quiere es que vayamos siempre a su encuentro en donde hay alegría, familia, trabajo, justicia y bondad, así como control, respeto y responsabilidad».
Indicó que entre los católicos hay un acuerdo de tratar de amar a Dios y al prójimo, de ser felices y de buscar la paz. Ese noventa por ciento cree en Dios, pero lo ideal sería que busquemos hacerlo nuestro amigo e incorporarlo a nuestra vida.
Tomando como referencia al Papa Benedicto XVI, el cardenal Cipriani señaló que sólo habrá paz y justicia si todos nos ajustamos a unas normas comunes.