CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 20 enero 2008 (ZENIT.org).- El ecumenismo es oración, explica el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
El sacerdote ha profundizado en el sentido de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 25 de enero, de la que se cumplen los cien años, en el editorial de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano, del que también es director.
En estos cien años, aclara, «el movimiento ecuménico ha recorrido un largo camino, pero su alma profunda sigue siendo la oración, «pues la unión de los cristianos sólo puede ser un don de Dios, un don que hay que pedir con constancia e insistencia».
«La oración da la fuerza para dejarse plasmar por la acción de Dios, que nos purifica y que nos da su gracia para obedecer a su plan de salvación», explica el padre Lombardi.
«La oración cambia la mentalidad y ayuda a los cristianos a considerar a los demás hermanos como hijos del mismo Padre. La oración educa y acompaña, propone y transmite la verdad, la luz, la vida, el amor que es Cristo, Salvador de la humanidad», añade el portavoz vaticano.
«La cita ecuménica de enero se ha convertido en una práctica común de todas las confesiones cristianas y es de gran importancia para la reconciliación, al fraternidad y la unidad de los cristianos, para la realización de la oración de Jesús: «que todos sean uno»».
El tema escogido para este año, «No ceséis de orar», «subraya que la vida de la comunidad cristiana es realmente exultante y próspera sólo con una vida de oración, que contribuye a su crecimiento espiritual, moral, social y cultural, y edifica puentes de amor, de paz y de esperanza».
«Una unión más profunda y verdadera con Dios es el camino más seguro para volver a fundar y rehacer la unión entre todos los creyentes en Cristo», concluye.