CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 21 enero 2008 (ZENIT.org).- En medio de la actual «crisis educativa», la escuela católica no puede perder su identidad: su perspectiva humana y cristiana, afirma el Papa.
Benedicto XVI dejó esta consigna a los participantes en la asamblea plenaria de la Congregación para la Educación Católica, reunidos este martes en el Vaticano.
«La escuela católica, que tiene como misión primaria formar al alumno según una visión antropológica integral, a pesar de estar abierta a todos y respetando la identidad de cada uno, no puede dejar de presentar su perspectiva educativa, humana y cristiana», afirmó el Papa.
El obispo de Roma presentó «el nuevo desafío que hacen todavía más agudo la globalización y el creciente pluralismo, es decir, el encuentro de las religiones y de las culturas en la búsqueda común de la verdad».
«La acogida de la pluralidad cultural de los alumnos y de los padres tiene que afrontar necesariamente dos exigencias: por un lado, no puede excluir a alguien en nombre de su pertenencia cultural o religiosa; por otro, una vez reconocida y acogida esta diversidad cultural y religiosa, no debe quedarse en mera constatación», afirmó.
Según el Papa, «esto implicaría negar que las culturas se respetan verdaderamente cuando se encuentran, pues todas las culturas auténticas están orientadas hacia la verdad del hombre y hacia su bien».
Benedicto XVI aseguró que «los hombres, procedentes de culturas diferentes, pueden hablarse, comprenderse más allá de las distancias de espacio y de tiempo, pues en el corazón de cada persona se anidan las mismas grandes aspiraciones al bien, a la justicia, a la verdad, a la vida y al amor».