TARRAGONA, martes, 15 enero 2007 (ZENIT.org).- El arzobispo de Tarragona invita a los fieles de todo el mundo a peregrinar a su diócesis en la que hace 1750 tres mártires fueron martirizados quemados vivos en la hoguera.

Monseñor Jaume Pujol Balcells, arzobispo metropolitano de Tarragona y primado, explica el sentido del Año Jubilar que el Papa Benedicto XVI ha concedido para Tarragona desde el 21 de enero de 2008 y el 21 de enero de 2009, con motivo de la conmemoración del 1750 aniversario del martirio del obispo Fructuoso y de sus diáconos Augurio y Eulogio, quemados vivos el 21 de enero bajo la persecución de los emperadores Valeriano y Galieno.

--Hablar de mártires en España crea siempre un poco de polémica, aunque ustedes recuerdan a mártires muy lejanos. ¿Estamos en una época de recuperación del martirio como signo?

--Monseñor Pujol: La Iglesia siempre ha creído que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. Los mártires unen su sangre a la de Cristo y de este modo participan de un modo particular en la obra de Cristo: la Redención, que trae un futuro divino, verdaderamente mejor, para cada persona y para toda la humanidad.

En todo tiempo y lugar los mártires han sido hombres y mujeres cristianos como nosotros, y nos han dado un maravilloso ejemplo de caridad cristiana, porque el martirio es un acto perfecto de caridad, a la vez que un don que precisa de una particular gracia de Dios. Son un ejemplo actualísimo de cómo hay que llevar la caridad hasta el final.

--Los mártires murieron quemados vivos en el anfiteatro de Tarragona hace 1750 años. ¿Cómo son todavía vigentes estos mártires desconocidos?

--Monseñor Pujol: La Iglesia de Tarragona ha mantenido siempre viva su memoria. Se conservan las Actas del Martirio, un documento contemporáneo a los hechos que relatan, que son también las más antiguas actas martiriales que se conservan en la península ibérica. Se trata de un documento muy rico, que constituye un referente hagiográfico capital para el estudio del cristianismo primitivo hispánico.

Como los mártires de todos los tiempos, ellos murieron por Jesucristo, por no querer renegar de su fe cristiana.

Por eso, el Jubileo es un momento de gracia y de reflexión, que nos lleva a considerar de dónde venimos y hacia dónde hemos de ir.

Deseo de corazón que con este Jubileo todos los fieles conozcan y se familiaricen con estos santos mártires de Tarragona, y que no haya nadie de la Archidiócesis a quien no haya llegado el ejemplo y el mensaje admirables de Fructuoso y sus diáconos.

Me ilusiona también que estos ejemplos tan atrayentes sean conocidos en el resto de diócesis españolas y de la Iglesia universal.

--El año Jubilar tiene como objetivo la conversión personal. ¿Cómo inspiran los mártires a esta conversión?

--Monseñor Pujol: La figura de estos mártires y las actas de su martirio nos acercan a Jesús y a su buena nueva, que para los cristianos ha de ser la fuente donde debemos beber constantemente.

Por eso, su ejemplo y sus palabras, que se recogen en las actas, pueden ayudar a las personas de nuestro tiempo a una profunda conversión del corazón, y a anunciar a Jesús con nuevo ardor.

Su memoria, además, nos hace presente la hondura de nuestras raíces cristianas, nos ayuda a valorar más el ministerio de los pastores, a profundizar más en él y a pedir por las nuevas vocaciones de pastores, y, finalmente, a renovar el deseo de dar testimonio de Cristo en nuestro mundo con alegría y fortaleza.

Por otro lado, sólo un corazón convertido es capaz de entregarse verdaderamente a los demás; a todos, y naturalmente primero a los más necesitados: a los niños, a los enfermos, a los más pobres, a los marginados...

--Habrá miles de persones en las celebraciones jubilares. ¿Cómo hacer para que éstas también se acerquen a la vida sacramental?

--Monseñor Pujol: El Año Jubilar nos ha de servir para darnos cuenta de lo que significa ser cristiano, y para, luego, dar a conocer nuestra fe, con nuestro ejemplo y nuestra palabra.

Tenemos que dar vida hoy a las Actas martiriales de Fructuoso. Ahora somos nosotros los que tenemos en nuestras manos aquella gran tradición eclesial, que está viva y es hoy una realidad comprometida.

El Jubileo ha de ser, pues, un nuevo encuentro personal con Jesús, que siempre nos pide una nueva conversión: un cambio de actitud, de criterios, de mentalidad; un cambio de vida. Ante nosotros tenemos la oportunidad de vivir este tiempo de gracia -pues éste es el sentido más profundo de un año jubilar- para revitalizar nuestra fe personal, la de nuestras comunidades y la de muchas otras personas que, esperamos, peregrinen a Tarragona.

Y todo esto no se puede conseguir sin acudir al sacramento de la reconciliación o penitencia, y a la eucaristía.

--A usted como arzobispo: ¿qué le impresiona más de estos mártires y diáconos que murieron por su fe?

--Monseñor Pujol: En las actas, el hagiógrafo escribe que, cuando Fructuoso escuchó la sentencia, este santo pastor «dirigió su mirada hacia el Señor y empezó a rezar en su corazón».

Esto es lo que yo pido durante este año de gracia: dirigir nuestra mirada al Señor y rezar en nuestro interior.

Otro aspecto que me emociona es la mención que se hace, tan temprana en la historia, de la universalidad y catolicidad que la Iglesia diocesana está llamada a vivir.

San Fructuoso, antes de ser llevado a la hoguera, dijo que tenía que rezar «por la Iglesia católica, extendida desde oriente hasta occidente». Y a continuación, anunció proféticamente: «Nunca os faltará pastor, y no podrán desfallecer el amor y la promesa del Señor ni en este mundo ni en el otro».

De este modo, sus últimas palabras fueron una promesa que cruza toda nuestra historia eclesial y que ahora se cumple también en mí, como sucesor suyo. Si me lo permite, me gustaría terminar esta entrevista invitando a todos a hacer fructificar la gracia que se nos concede con este año jubilar. Estáis invitados a venir a Tarragona y a peregrinar a los lugares donde los santos mártires confesaron su fe y sufrieron el martirio. Seréis todos bienvenidos.


Por Miriam Díez i Bosch

[Puede verse la invitación a participar en el jubileo de los mártires que ha lanzado en vídeo el arzobispo Jaume Pujol Balcells en www.h2onews.org]