Pornografía en Internet, el nuevo destructor de matrimonios

La pornografía de internet se instala profundamente en la cultura

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ROMA, domingo, 3 marzo 2008 (ZENIT.org).- En Cuaresma deberíamos pensar en el ayuno no sólo en relación con el alimento y la bebida, sino también con las imágenes, recomendaba Benedicto XVI. Este consejo lo dio el Papa durante una sesión de preguntas y respuestas con el clero de Roma, el 7 de febrero.

La pregunta tenía que ver sobre cómo evangelizar a la gente, presentando la verdadera belleza en el contexto de la cultura contemporánea. Parte de la respuesta del Papa trató del uso de las imágenes y también de los problemas creados por ideales erróneos de belleza. Durante la Cuaresma: «necesitamos un espacio que esté libre del permanente bombardeo de imágenes», comentaba el Santo Padre.

Una aplicación del consejo del Papa sería ayunar, no sólo durante la Cuaresma, sino de forma permanente, de la cada vez más creciente presencia de la pornografía. Un artículo del 12 de febrero en la web de ABC News citaba datos de una publicación de economía que cifraba en 14.000 millones de dólares las ventas generadas en Estados Unidos relacionadas de una forma u otra con la pornografía. El artículo también informaba que una estimación eleva hasta los 4,2 millones el número de páginas web online pornográficas, con 40 millones de visitas diarias.

No han tenido mucho éxito los intentos del gobierno federal por controlar esta floreciente industria. Las investigaciones bajo cargos de obscenidad en la pornografía de adultos llevadas a cabo por el FBI han disminuido debido a otros temas como el terrorismo, informaba Reuters el 19 de septiembre. No obstante, el FBI ha actuado contra la pornografía infantil.

De igual forma, los intentos de regular la industria de la pornografía en Internet sólo han logrado repetidas derrotas legales. El año pasado un juez federal respaldó las sentencias anteriores que invalidaban la Ley de Protección del Niño Online, sobre la base de que negaba el derecho a la libertad de expresión, informaba el 23 de marzo el Washington Post.

La ley penalizaba a quienes tenían páginas de Internet que dejaran a menores de 17 años tener acceso a material sexual. La ley, aprobada en 1998, nunca ha estado en vigor porque ha sido bloqueada con diversas acciones legales.

Consecuencias peligrosas

El creciente consumo de pornografía está creando no pocos problemas. El año pasado un juez de Melbourne, Australia, sentenció a un hombre a 11 años de prisión por la acusación de violación, informaba el 3 de enero el periódico Age.

El juez Damian Murphy afirmó que Andrew Bown había actuado de acuerdo a una fantasía vista en un material bajado de Internet.

Los autores del artículo, Maree Crabbe y David Corlett, comentaban que una consecuencia de la pornografía de Internet es el aumento de las imágenes sexuales más extremas y violentas. Escenas que son tan degradantes y humillantes que se prohibirían en el cine y la televisión es tan ahora fácilmente disponibles a cualquiera con una conexión a Internet.

Crabbe y Corlett afirmaban que las investigaciones demuestran un nexo entre el consumo de pornografía y las agresiones sexuales masculinas. Incluso cuando la pornografía no es violenta, la exposición a ella tiende a aumentar la tolerancia del espectado ante la violencia sexual.

A principios de año un reportaje publicado en Australia revelaba los números record de visitas a las páginas webs pornográficas. Según un artículo del 26 de mayo en el Sydney Morning Herald, una encuesta encontró que el 35% de los usuarios de Internet había visitado al menos una vez una página «de adultos» en los tres meses precedentes.

Según el artículo, psicólogos y consultores afirman que la pornografía de Internet es una causa creciente de problemas matrimoniales debido al aumento del número de hombres que se convierten en consumidores compulsivos.

En el periódico Age se publicaba el 26 de mayo un largo artículo sobre este tema. «El impacto de la pornografía en Internet  en las actitudes, prácticas y relaciones sexuales puede llegar a ser tan profundo como la introducción de la píldora anticonceptiva en 1961», afirmaba el artículo.

Calificándolo de «nuevo destructor de matrimonios», el artículo comentaba que no sólo logra que gran número de hombres sean consumidores habituales, sino que también causa infelicidad y falta de confianza en muchas mujeres.

Imágenes para el móvil

Tras Internet, ahora los teléfonos móviles se están convirtiendo en un escaparte para la pornografía. Ya extendido en Europa, el uso de móviles para este fin empieza a despegar en Estados Unidos, según un artículo de Reuters el 30 de enero.

Según Reuters, las ventas de pornografía vía móvil en Europa alcanzaron los 775 millones de dólares en el 2007, comparados con los sólo 26 millones de Estados Unidos. Un estudio citado en el artículo estimaba que, a nivel mundial, la industria pornográfica podría generar en el 2010 unos 3.500 millones de dólares en ingresos.

Las compañías de telefonía móvil de Estados Unidos planean suavizar los controles de sus redes, permitiendo más prestaciones y servicios. Además, los últimos modelos de móviles tienen una mayor calidad de imagen y una capacidad mejorada de navegar en la red. Las páginas para compartir vídeos también están expandiendo su oferta de servicios para quienes tengan teléfonos más avanzados.

El extendido uso de pornografía a través de los móviles suscitó el año pasado una confrontación en la Iglesia de Inglaterra, cuando un tribunal eclesiástico sentenció en contra de que se pusieran antenas para móviles en las agujas y en las torres de las iglesias, informaba el Times el 17 de marzo.

Las iglesias pueden ganar más de 10.000 libras (19.621 dólares) al año de las empresas de telefonía móvil, observaba el artículo. Esto se puso en peligro cuando un juez eclesiástico en Chelmsford, Essex, sentenció en contra de la propuesta de instalar una antena en la torre de San Pedro y San pablo en Chingford. El juez George Pulman concluyó que algunos de los materiales transmitidos «no coinciden con el uso cristiano de una iglesia».

Sin embargo, su sentencia fue anulada poco después por el Tribunal de los Arcos, el más alto organismo eclesiástico de la Iglesia de Inglaterra, informaba el periódico Telegraph el 25 de julio. El tribunal afirmó que se debe recordar que los seres humanos son «imperfectos» y rechazar la antena por este motivo sería una «postura no equilibrada».

Gracias a Dios en otros círculos prevalece una visión más sana. En la edición del 10-15 de febrero del National Catholic Register se informaba de las acciones legales emprendidas por algunos colegios católicos en Estados Unidos para bloquear las páginas webs pornográficas y de juego.

Comenzando en el 2006, el St. Vincent College in Latrobe, Pennsylvania, puso filtros para bloquear el acceso a estos sitios desde todos los ordenadores públicos y de las salas de residentes. «Como padre de cinco hijos, asumo que en un colegio católico no se debería ver porno en el dormitorio», comentaba el presidente del colegio, Jim Towey, que introdujo la medida poco después de asumir el cargo.

Otras instituciones católicas con filtros de acceso incluyen a la Universidad franciscana de Steubenville y al Wyoming Catholic. No obstante, el artículo del Register observaba que muchos otros institutos católicos no ponen ningún filtro en absoluto.

Vivir la castidad

Una publicación, aprobada en noviembre de 2007 por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, expresaba su preocupación por la pornografía: «Formación Catequética en la Vivencia de la Castidad: Pautas para el Diseño Curricular y su Publicación».

La castidad, explicaba el documento, «no es un asunto de represión de los sentimientos y tentaciones sexuales sino una
integración exitosa del don de la sexualidad dentro de la persona entera».

Uno de los errores identificados por el texto es el uso erróneo de Internet que permite un fácil acceso a la pornografía virtual. El contenido sexualmente explícito en blogs, mensajes, y fotos en las páginas webs sociales son también otro de los caminos que violan la castidad.

«La pornografía difama la intimidad del acto marital e injuria la dignidad de los que la ven y participan», observaba el documento. «Los cristianos deben evitar toda participación en la pornografía sea como productores, actores, consumidores o vendedores».

Es necesaria una mayor instrucción y educación catequética para ayudarnos a apreciar el valor de la castidad, comentaba el texto. Puede ayudar también recordar los que mencionaba Benedicto XVI en sus comentarios del 7 de febrero sobre las imágenes y la belleza.

Dios puede liberarnos de «la inflación de imágenes», afirmaba el Papa. De hecho, continuaba, a través de la encarnación de Cristo, Dios nos ha mostrado su imagen. Convencer al mundo de la belleza de la verdad revelada en Cristo puede ser la clave para superar la fascinación de imágenes empobrecidas que sólo degradan nuestra humanidad.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado

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ZENIT Staff

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