CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 7 marzo 2008 (ZENIT.org).- Este 6 de marzo se inauguró la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura sobre el tema «La Iglesia ante el desafío de la secularización», que tiene lugar en Roma hasta el 8 de marzo.
En la apertura, monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del dicasterio vaticano, dirigiéndose a los cerca de 45 miembros y consultores, subrayó la necesidad de una mirada positiva al mundo y a las culturas.
Esto porque «el gran riesgo es el de la indiferencia que no plantea preguntas que trasciendan el propio horizonte», se lee en una nota difundida por el Consejo Pontificio de la Cultura.
Sin embargo, «en el hombre, saciado y aparentemente incapaz de hacerse los interrogantes importantes, hay espacio para hacer entrar a Dios a través de las brechas producidas por el secularismo», dijo monseñor Ravasi.
«En efecto –recordó–, Dios no está muerto, la edad secular sólo le está pidiendo los documentos».
El arzobispo Gianfranco Ravasi señaló algunos itinerarios, como la relación entre fe y ciencia. En este sentido, anunció un congreso internacional sobre «Las teorías de la evolución para encontrar y para hacer encontrarse ciencia, teología y filosofía».
«Será este un itinerario muy importante porque verá converger aquí en Roma en la Universidad Gregoriana y bajo nuestro patrocinio, por un lado figuras altísimas de la ciencia, hay también premios Nobel, y por otra parte grandes teólogos y grandes filósofos», comentó el prelado a los micrófonos de la Radio Vaticana.
«De manera que cada uno de nosotros pueda mirar más allá de nuestra frontera –dijo–: el científico que se interroga también y que escucha también la interrogación de la teología y el teólogo y el filósofo que escuchan y que ven los itinerarios de la ciencia».
«El esfuerzo nuestro será, por tanto, el de comprender verdaderamente los rostros de los pueblos y de las culturas, a partir por ejemplo de las grandes culturas asiáticas, de las africanas y de las de América Latina», explicó el arzobispo Ravasi.
En su intervención, monseñor Joseph Doré, arzobispo emérito de Estrasburgo, se centró en la secularización como desafío teológico, cultural y pastoral.
Por su parte monseñor Donal Brendan Murray, obispo de Limerick, el cardenal Francis George, arzobispo de Chicago y el cardenal Wilfrid Fox Napier arzobispo de Durban, afrontaron el tema de la relación de la Iglesia con la secularización de la sociedad civil, proponiendo itinerarios para interpretar el binomio democracia y secularismo.
Se ha subrayado la urgencia de «afrontar la prueba de una crisis de confianza respecto a la Iglesia, respecto a la cual se respira desilusión porque no ha estado a la altura de su misión y no coherente con los requerimientos dirigidos al pueblo de Dios».
En el cuadro delineado se ha hablado de las «grandes posibilidades» de la «experiencia de la dimensión religiosa en los procesos de reconciliación y de paz en África, en especial en Sudáfrica, donde ha resultado fundamental recuperar el sentido de la comunidad humana como familia de Dios».
El cardenal José da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa, monseñor Anselme Titianma Sanon, arzobispo de Bobo-Dioulasso, y el cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, cerraron la jornada con una reflexión desde una triple perspectiva (Europa, Africa y Asia) sobre el tema de la secularización de las sociedades tradicionales.
Los interrogantes que surgieron fueron: ¿Cómo ser pueblo de misioneros respecto a la secularización? ¿Cómo sostener a las culturas de África frente al desafío de las migraciones y qué prioridades pastorales para la Iglesia en el Asia tradicional y qué función puede realizar un auténtico diálogo interreligioso?
Lo que se ha subrayado, se lee en la nota, es que «la inculturación y el diálogo interreligioso parecen opciones irrenunciables, a condición de que se parta de una identidad clara».
Traducido del italiano por Nieves San Martín