BOGOTÁ, lunes, 2 junio 2008 (ZENIT.org).- El periodismo digital presenta retos que la prensa católica no debe olvidar, como la imparcialidad, la accesibilidad, la transparencia y la especialización.
Lo ha explicado el representante del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el sacerdote Ariel Beramendi, en el Encuentro sobre Prensa Católica organizado por el CELAM (www.celam.org) en Bogotá.</p>
En el encuentro, realizado en la Casa de Retiros de la Conferencia Episcopal Colombiana, han participado comunicadores de 17 países del continente americano.
El presbítero, tomando como fondo el estilo periodístico de la BBC, ha establecido algunos criterios del periodismo digital aplicables a los propios medios católicos.
Así, «la información debe ser siempre imparcial, precisa, transparente, responsable e independiente».
Imparcial para «reflejar hechos e ideas de forma equilibrada e imparcial» y precisa para «obtener los datos correctos, las fuentes, la verificación».
También es necesaria transparencia, que se concreta en un «tratamiento justo y el respeto a pueblos y culturas», unida a la responsabilidad o «respeto por la audiencia con contenidos dignos» y a la independencia que consiste en «ir más allá de presiones políticas y comerciales».
Don Ariel ha especificado a Zenit que estos criterios tienen lugar en el contexto de la web 2.0, en la que es preciso «producir la información en función a las necesidades de la audiencia» y tener en cuenta que «los mejores sitios web hacen sólo una cosa y se especializan en ello».
Una de las ideas de la mentalidad web 2.0 es precisamente la participación: es preciso concebir la web como «una plataforma» y » ser consciente de que tu web no es la única, concebir la web como una conversación».
«La accesibilidad es imprescindible», así como «no hacer páginas muy pesadas» y «animar a los usuarios a «llevarse» parte de tu sitio consigo, para que así puedan volver; por ejemplo: rss, links, mapas…»
Para el padre Ariel Beramendi, boliviano y licenciado en comunicación, es importante «tener una claridad sobre las políticas de participación, por ejemplo en las discusiones que pueden afectar la imagen del sitio», y sobretodo «tratar con cuidado los datos de las personas que participan en el sitio, procurando que no sea invasiva, sino elegante y transparente».
«Los que trabajamos en el mundo de las comunicaciones sociales, de la prensa, de la información, publicidad, relaciones públicas, diseño gráfico», advirtió, «no debemos dejar que la ‘luz’ de las nuevas tecnologías de comunicación, «enceguezca» la mirada global a la realidad con la cual queremos comunicar».
«Si aceptamos que formamos parte de la cultura digital, no tendríamos que tener problema en admitir que vivimos en la era de la información, es decir una sociedad donde el nuevo elemento de poder es el control de la información, donde el acceso o exclusión a esta información determina las nuevas formas de marginación y pobreza en la sociedad», concluyó.
Por Miriam Díez i Bosch