Recordatorio a e-peregrinos de la JMJ: existe una guía segura en la vida

«e-Pilgrimage» recuerda la clave de la intercesión mariana

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SYDNEY, lunes, 9 junio 2008 (ZENIT.org).- Especialmente a los jóvenes desorientados o confusos en el camino de la vida, el obispo coordinador de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 exhorta a confiar en María como Estrella segura.

Los jóvenes que se preparan y viven ya «virtualmente» su peregrinación hacia Sydney -para el gran encuentro de fe y fiesta con Benedicto XVI- tienen oportunidad de redescubrir a la Madre de Dios también como Madre propia, como Madre Nuestra.

A esto ayuda la última edición del boletín e-PEREGRINACIÓN> («e-PILGRIMAGE>»), sobre la verdadera devoción a María. El obispo Anthony Fisher parte, en una breve catequesis, de las palabras de la Virgen –en las bodas de Caná- que indican la voluntad de su Hijo Jesús: «Haced lo que Él os diga» (Juan 2,5)

Y es que «nuestra devoción a María esta centrada eminentemente en Cristo», pues es Él mismo «quien nos indica a Su Madre y nos la da como Madre Nuestra», escribe el prelado en su «Mensaje de esperanza».

Jesús desde la Cruz dio a su Madre al discípulo Juan como Madre espiritual de todos los creyentes (Jn 19, 27), se lee en la publicación.

Monseñor Fisher cita la encíclica Spe salvi, en la que el Papa alude a la vida como un «camino», «como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso», «en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta».

«Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente -subraya el Santo Padre–. Ellas son luces de esperanza (Spe salvi, n.49).

«¿Y qué luz de esperanza más grandiosa que María, nuestra Madre? Ella es conocida tradicionalmente como la ‘Estrella del Mar’, la estrella brillante que nos señala la dirección acertada», recuerda el obispo Fisher a los jóvenes lectores.

«No quiere decir que consideremos a María como una deidad femenina», aclara; «si vamos a María es porque el Señor Jesús la ha dejado como madre y guía nuestra. Y por esto, cuando nos acercamos a ella, encontramos el fondo de su corazón rebosante del amor por Jesús. En María todo indica a Jesús».

Por eso «nuestra devoción mariana, nuestro amor filial por María, no es un suplemento»  a la fe; «es algo fundamental», advierte.

Preocupada por las necesidades de los novios, en las bodas de Caná, le dice al Señor María: «No tienen vino». «Se preocupa y advierte nuestras necesidades, presentándolas al Único que puede responder: el Señor» –muestra el prelado–; «y María en ese momento les dice a los sirvientes, y a través de ellos a todos nosotros: ‘Haced lo que Él os diga’, enseñándonos el camino para cumplir con el Plan de Dios».

«Haced lo que Él os diga. Para crecer en vuestra fe: Haced lo que Él os diga. Para haceros santos y así alcanzar la felicidad verdadera: Haced lo que Él os diga», continúa monseñor Fisher.

Sigamos el consejo de San Bernardo de Claraval –invita–: ‘Si amenazan los vientos de la tentación o las rocas de la tribulación, ¡mira la Estrella, invoca a la Virgen María! Si se levantan sobre ti las olas del orgullo o la ambición, si te persigue la marea de la degradación o los celos, ¡mira la Estrella, invoca a la Virgen María!'» .

«Si no sabéis qué camino tomar, si estáis perdidos en los caminos de la vida, escuchad a María, seguid su ejemplo y ‘Haz lo que Él te diga'», concluye.

En el enlace http://www.wyd2008.org/index.php/es/pilgrims_registration/epilgrimage se puede descargar en formato pdf el último boletín y sus ediciones anteriores. 

Web oficial plurilingüe de la JMJ: www.wyd2008.org

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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