Los católicos hebreo parlantes de Israel

Entrevista con el padre David Neuhaus

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JERUSALÉN, viernes, 13 junio 2008 (ZENIT.org).- Para un católico de lengua hebrea que vive en Israel, fortalecer las relaciones entre judíos y católicos no es simplemente una parte de la fe, es una forma de vida, según un sacerdote israelí.

El padre David Mark Neuhaus S.I., es el secretario general del Vicariato para los Católicos de Lengua Hebrea en Israel, conocido como la Asociación de San Jaime, y tiene a cargo de su ministerio sacerdotal la comunidad católica hebreo parlante de Haifa.

En esta entrevista concedida a Zenit, el padre Neuhaus comenta la historia, la misión y los desafíos que afronta la comunidad de católicos de lengua hebrea de Israel.

–Usted dice en su página web que ser una comunidad católica de lengua hebrea dentro de una sociedad predominantemente judía es una nueva experiencia en la historia de la Iglesia. ¿Qué llevó al establecimiento de la Asociación de San Jaime?

Padre Neuhaus: La Asociación de San Jaime, que se convirtió en el Vicariato Apostólico para los Católicos de Lengua Hebrea, fue establecida oficialmente como parte del Patriarcado Latino de Jerusalén en 1955. Esto tuvo lugar poco después del establecimiento del estado de Israel. Se fundó para servir a los miles de católicos que habían emigrado a Israel, con frecuencia dentro de familias mixtas judeo-católicas, y que venían predominantemente de Europa.

Se fundó también como una presencia católica dentro de la sociedad judía para alimentar un nuevo tipo de relación entre católicos y judíos. La nueva realidad de un estado judío con el hebreo como lengua oficial volvió importante la existencia de un entorno católico en el que se usara y hablara el hebreo.

Entre los fundadores de la Asociación había judíos que se habían convertido en católicos – la mayoría en Europa – y católicos – la mayoría de Europa – que tenían la vocación de vivir en solidaridad con el pueblo judío en el estado de Israel. Nuestros padres y madres fundadores tenían una visión de una comunidad católica de lengua hebrea dentro del pueblo judío de Israel y viviendo su vida de fe en diálogo profundo y solidaridad con el pueblo judío.

En el 2003, el Papa Juan Pablo II hizo vicario patriarcal de los católicos de lengua hebrea al padre benedictino Jean-Baptiste Gourion, obispo auxiliar del patriarcado latino, un paso que fomentó el reconocimiento de esta realidad dentro de la Iglesia de Tierra Santa.

–¿Qué nueva perspectiva ofrece un católico de lengua hebrea en Tierra Santa?

Padre Neuhaus: Un católico de lengua hebrea vive dentro de la única sociedad judía que constituye una mayoría, donde el ritmo de la vida diaria la establece la religión, la historia y la cultura judías. Para nosotros, la reflexión universal católica sobre la identidad judía de Jesús y las raíces judías de nuestra fe no es sólo un elemento de nuestra renovación tras el Concilio Vaticano II. También es parte de nuestra existencia diaria.

El diálogo con los judíos aquí no es con una minoría margina sino con una mayoría dominante. Como parte de nuestros intentos de inculturación, tenemos el desafío de integrar en nuestra identidad católica, en nuestra liturgia y en nuestro pensamiento, este encuentro diario con el judaísmo y el pueblo judío.

Todo esto tiene lugar dentro de la misma tierra que es el centro de la narrativa bíblica, la tierra por la que caminaron, pensaron y vivieron el Israel bíblico, sus profetas y Jesús Nuestro Señor.

–Hay comunidades católicas de lengua hebrea en las cuatro principales ciudades de Israel. ¿Qué tamaño tienen estas comunidades? ¿Están creciendo? ¿Cuáles son los mayores obstáculos a los que se enfrentan?

–Padre Neuhaus: Actualmente tenemos comunidades en las cuatro ciudades más grandes de Israel: Jerusalén, Tel Aviv-Jaffa, Beer Sheba y Haifa, con fieles también en otros muchos lugares. Somos una comunidad muy pequeña compuesta por unos pocos cientos de personas. A pesar de nuestro pequeño tamaño y el bajo índice de crecimiento, nuestra realidad es vibrante y nuestros centros son verdaderos oasis de oración y de fidelidad.

Sin embargo, también hay numerosos problemas que superar. Nuestras comunidades, pequeñas en tamaño, son muy diversas. Tenemos fieles de muchas partes del mundo – de Rusia, Francia, Polonia, Estados Unidos, Italia, India, etc. – además de israelíes. Algunos son judíos y otros no. Algunos son israelíes, algunos llevan aquí muchos años, algunos acaban de llegar. Algunos hablan hebreo, otros no. Algunos son católicos bautizados desde su nacimientos, otros son católicos bautizados de adultos.

Nuestros sacerdotes son en su mayoría de Europa y les lleva muchos años aprender la lengua y la cultura. Nuestros fieles de origen judío suelen ser personas solas que han tomado una valiente decisión en su vida y vienen a nosotros sin sus familias. Algunos también han sufrido la oposición de sus familias y de la sociedad en general por la opción que han tomado, y algunos escogen vivir con una extrema discreción e incluso secreto.

Hay poca apoyo institucional – escuelas, y servicios sociales y culturales – para los católicos que hablan hebreo, y las familias que han inmigrado a Israel en los últimos años – predominantemente de la ex Unión Soviética – suelen elegir dejar Israel si quieren criar a sus hijos como católicos.

Aquellas familias que se quedan suelen ver cómo sus hijos se asimilan a la población laica judía general que no practica la religión. Finalmente, el pequeño tamaño de nuestras comunidades necesita de una constante vigilancia para constituir la comunidad y no permitir que entren divisiones o facciones.

–Además de los católicos de lengua hebrea, ¿qué otras comunidades católicas hay en Israel?

–Padre Neuhaus: Los católicos de lengua hebrea son sólo una parte muy pequeña de la más amplia Iglesia católica en Israel. La mayoría de los católicos son de lengua árabe – sean ciudadanos árabes del estado de Israel o palestinos árabes católicos en los territorios palestinos.

Los católicos romanos, bajo la jurisdicción del Patriarcado Latino de Jerusalén son sólo una parte de la población católica. La mayoría de los católicos en Israel son Greco Católicos, y hay también católicos maronitas, sirios y armenios.

Las relaciones entre los católicos de lengua hebrea y sus hermanos y hermanas árabes de fe son complejas debido a nuestra difícil situación política, pero la unidad de la Iglesia se conserva por nuestro liderazgo espiritual como testigos cristianos de cara alas posibilidades de reconciliación y paz. En Beer Sheba y Haifa, donde las tensiones políticas no son tan intensas, hay católicos árabes que frecuentan nuestras comunidades.

En este momento, el vicario patriarcal para las comunidades de lengua hebrea, el padre Pierbattista Pizzaballa, es también el custodio de Tierra Santa, que encabeza la orden franciscana en Tierra Santa, quien tiene importantes responsabilidades también dentro de la comunidad católica árabe.

El actual patriarca latino, Su Beatitud Michel Sabbah, es el primer patriarca árabe palestino de Jerusalén, y también habla hebreo de forma fluida. Yo mismo soy secretario general del vicariato y también profesor de Escritura en seminario diocesano de lengua árabe y en la Universidad Católica Palestina de Belén.

–¿De qué forma está fortaleciendo sus lazos con la sociedad judía israelí la comunidad católica de lengua hebrea?

Padre Neuhaus: Nuestro objetivo no es sólo fortalecer lo lazos, sino vivir dentro de la sociedad. No somos una asociación para el diálogo, sino más bien un servicio pastoral para nuestros fieles. Sin embargo, se hacen esfuerzos para facilitar la integración en la sociedad judía israelí.

En primer lugar, vivimos nuestras vidas en hebreo. Se
gundo, nuestras vidas siguen el ritmo de la sociedad judía israelí. Además, en nuestras comunidades seguimos lo que está ocurriendo en el campo del diálogo judío-cristiano e intentamos hacer nuestra propia aportación.

Hay todavía una actitud más bien negativa contra el cristianismo en general y contra la Iglesia católica en particular dentro de la sociedad judía israelí, en parte de debido a largos siglos de relaciones turbulentas entre judíos y cristianos en Europa. Vemos como parte de nuestra tarea el atraer la atención de nuestra sociedad en Israel hacia los enormes cambios que la Iglesia ha vivido en sus su relación con el pueblo judío desde el Concilio Vaticano II.

–¿Los católicos de lengua hebrea han sido capaces de integrarse plenamente en la sociedad israelí? Por ejemplo, ¿hay católicos implicados en la política, en la educación y en los negocios?

–Padre Neuhaus: Algunos católicos de lengua hebrea – aquellos que eran judíos israelíes antes de convertirse en católicos – están plenamente integrados dentro de la sociedad. Además, algunos católicos de lengua hebrea que vienen a Israel de otras partes han hecho, ciertamente, aportaciones a la sociedad a través de su integración en la vida diaria.

Sobre todo, nuestras comunidades aportan a la sociedad en general el ser lugares de vida y oración en medio de una sociedad en guerra. Una de nuestras vocaciones especiales es rezar por la paz y la justicia.

En el campo de la educación, tenemos algunos miembros prominentes en la enseñanza en instituciones académicas israelíes. Uno de nuestros padres fundadores, el padre dominico Marcel Dubois, fue director del departamento de filosofía de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Otros miembros enseñan teología, arqueología, historia y otras ramas en las universidades israelíes.

Otros miembros ejercen una labor de formación de los cristianos que vienen a Israel para estudiar aquí teología y Sagrada Escritura así como estudios judíos. Uno de nuestros padres fundadores, el padre Yohanan Elihai, ha hecho una importante aportación al campo de la lingüística con diccionarios y manuales de lenguas que facilitan la comunicación entre hebreo parlantes y arabo parlantes. El 4 de junio recibió un doctorado honorífico en la Universidad de Haifa por su labor en el campo de la lingüística.

Otro padre fundador, el padre dominico Bruno Hussar, estableció una comunidad llamada «Newe Shalom» – Oasis de Paz – en la que judíos y árabes viven juntos. Algunos miembros están también plenamente implicados en la lucha por la paz y la justicia para israelíes y palestinos.

Cada fiel encuentra individualmente su lugar en la sociedad, y juntos, médicos, enfermeras, profesores, asistentes sociales, abogados, funcionarios, hombres y mujeres de negocios, formamos las comunidades que viven vidas normales que, en ocasiones, son extraordinarias debido a nuestra fe.

Más información en www.catholic.co.il

Por Karna Swanson

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ZENIT Staff

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