Según informó la Oficina de Información de la Santa Sede, el presidente rumano fue recibido también por el secretario de Estado, cardenal Tarsicio Bertone, y por el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti, en un encuentro calificado como «cordial».
Durante este encuentro, se trataron varias cuestiones, especialmente sobre la relación de la Iglesia católica con el Gobierno y con la Iglesia ortodoxa, de la que ambas partes esperan «un crecimiento de la comprensión y colaboración recíprocas».
Por otro lado, se habló de las dificultades de los inmigrantes rumanos en otras naciones y de la ayuda que están recibiendo por parte de las instituciones de la Iglesia católica, cosa que reconoció y apreció el presidente de Rumanía.
En tercer lugar, se trató sobre la integración de Rumanía en la Unión Europea, sobre la «identidad espiritual, cultural y social» de Europa y sobre la afinidad de algunas posiciones entre ambos estados.
La cuestión de los inmigrantes rumanos fue tratada hace casi un año durante la visita al Papa del anterior presidente rumano, Calin Popescu-Tariceanu, el 7 de noviembre pasado.
En aquellos momentos, en los que en Italia arreciaba el debate sobre la inmigración rumana tras el asesinato de una mujer italiana a manos de un inmigrante de ese país, el presidente Popescu agradeció al Papa por la labor de la Iglesia en favor de los inmigrantes.