"La decisión tomada es un paso importante en las relaciones entre la Iglesia y el Estado", subrayó el prelado en declaraciones publicadas por la agencia católica argentina AICA.

Monseñor Casaretto estimó, además, que Juan Pablo Cafiero es "una persona idónea y muy apta para cumplir con esa misión".

La noticia de que la presidenta nominó para el cargo a Cafiero, asesor del gobernador bonaerense Daniel Scioli, se conoció este viernes, cuando portavoces gubernamentales dejaron trascender que se envió el pedido formal a través de la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires.

La sede diplomática estaba vacante desde diciembre de 2007, cuando Carlos Custer dejó el puesto y el Gobierno propuso al ex ministro de Justicia, Alberto Iribarne, como embajador.

El Vaticano no respondió nunca el pedido de plácet, algo que en diplomacia se entiende como un rechazo tácito. Se argumentó entonces, según explica la agencia AICA, que fue por su condición de divorciado en nueva unión.

Actualmente la representación diplomática en la Santa Sede está a cargo del encargado de negocios, Hugo Gobbi.