NÁPOLES/MOSCÚ, miércoles 1 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- El arzobispo de Nápoles, cardenal Crescenzio Sepe, se halla desde ayer en visita oficial a Moscú, invitado por el Patriarca Alejo II y por el Metropolita Kirill.
El purpurado ha acudido acompañado del presidente de la Comunidad San Egidio, Andrea Riccardi, así como por el obispo de Terni y presidente de la Comisión para el Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Italiana, monseñor Vincenzo Paglia, informa la agencia italiana SIR.
En el encuentro de esta mañana con el Patriarca Alejo II, el cardenal Sepe le entregó una reliquia de San Genaro, mártir napolitano del siglo III muy venerado por los ortodoxos, y una carta del Papa Benedicto XVI.
El patriarca Alejo II afirmó que "el sentido común de una misión cristiana acerca a la Iglesia ortodoxa rusa a la diócesis de Nápoles", y ofrece "la esperanza de un desarrollo de las relaciones con la Iglesia católica".
Por su parte, el cardenal Sepe afirmó que ambas comunidades cristianas "deben trabajar juntas y con valor para devolver el alma a esta Europa nuestra: de esta alma brotan esperanza para el futuro de nuestros pueblos y caridad ante los sufrimientos del mundo moderno".
Según un comunicado oficial de la diócesis napolitana, se trata de un "acontecimiento histórico sin precedentes", ya que es la primera vez que un cardenal de la Iglesia católica romana es invitado oficialmente por la cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa.
Esta visita se produce después de un año de que se celebrara un encuentro interreligioso mundial en Nápoles, inaugurado por el propio Papa Benedicto XVI el 21 de octubre de 2007, promovido por la Comunidad de San Egidio.
En aquella ocasión, el cardenal Sepe donó la iglesia napolitana de Santa María del Buen Morir a la comunidad ortodoxa rusa, entregando las llaves al propio Metropolita Kirill. Este gesto, afirma el comunicado de la archidiócesis italiana, "fue muy apreciado por la jerarquía ortodoxa" como "gesto concreto del proceso ecuménico".
Por Inma Álvarez