"Lectio divina", una manera de conocer el corazón de Dios

Se presenta al Sínodo una forma de lectura orante de la Palabra aplicada en Chile

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 octubre 2008 (<a href=»http://www.zenit.org/»>ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos ha pedido que se ilustre ante la asamblea uno de los diferentes métodos que hoy día se aplican con eficacia de «Lectio divina», la lectura orante de la Sagrada Escritura.

En respuesta, este martes, en la congregación general de la monseñor Santiago Jaime Silva Retamales, obispo auxiliar de Valparaíso (Chile), hizo una presentación muy concreta que duró algo menos de veinte minutos.

El prelado explicó cómo en su diócesis, desde hace cinco años, se han creado grupos de oración y meditación en la Sagrada Escritura, renovando significativamente la vida de las comunidades cristianas, en particular, su comunión.

La promoción de la «Lectio divina» es la propuesta concreta que más han repetido los padres sinodales y oyentes en este «Sínodo sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia».

Monseñor Silva, nombrado por Benedicto XVI vicepresidente de la Comisión para el mensaje que emitirá el Sínodo, explicó, citando a san Gregorio Magno, que el objetivo de esta práctica es «conocer el corazón de Dios a través de las palabras de Dios».

El prelado ilustró los pasos que siguen en Valparaíso para realizar la «Lectio divina» en comunidades.

1. El encuentro comienza preparando el ambiente donde tiene lugar el encuentro. En particular, se coloca en un ambón una Biblia abierta y se preparan también los participantes, no sólo con su postura, sino también con un «corazón limpio». Es necesario, además, que cada uno traiga su Biblia o el texto impreso.

2. A continuación tiene lugar la invocación al Espíritu Santo para que «así como hizo que la Palabra se convirtiera en libro», fue la experiencia de la primera comunidad cristiana, «el libro se haga Palabra».

3. Después se busca el pasaje bíblico y se prepara con preguntas que desde la vida ayuden a comprender el texto.

4. El siguiente paso es la lectura, o más bien proclamación, del texto bíblico. Es muy importante que luego siga un momento de silencio para que cada quien lo relea personalmente.

El siguiente paso sugiere a los participantes sacar un lapicero para marcar con el signo de interrogación (?) los pasajes que no entienden. Asimismo se les pide subrayar el pasaje que consideran central.

Así, en el grupo, se descubre este pasaje medular o se ofrecen, en particular el guía del grupo, elementos para la comprensión.

Los participantes vuelven a leer el pasaje, y en esta ocasión deben marcar con el signo de exclamación (!) el pasaje o pasajes que interpelan sus intenciones o acciones.

Con el lapicero deben marca con un asterisco (*) el pasaje o pasajes que les ayudan a orar.

5. Se pasa entonces a la meditación, siguiendo el signo de exclamación. Como ayuda, se sugiere hacer preguntas desde el pasaje que interpelan la vida.

6. Luego tiene lugar la oración, siguiendo los asteriscos, para orar desde y con la Palabra de Dios y lo vivido en el encuentro con la Palabra, es decir, Cristo.

7. Por último se deja espacio a la contemplación, ayudándose del silencio, o de la música. Lo importante, dijo el obispo, es «que Jesús me arrebate, me mire y que yo le mire, un intercambio de miradas».

Se pasa así a la última fase, «el actuar», escribiendo una palabra (por ejemplo, «diálogo», «ayuda») que indica al participante el camino a seguir y compartir…

Estas prácticas en comunidad constituyen un plan de tres años, ilustró monseñor Silva. No quiere ser un curso de Biblia, aclaró, se trata de un encuentro con Jesús en la Sagrada Escritura.

En Valparaíso, aseguró, esta práctica está produciendo «momentos de mucha comunión».

A la Lectio divina dedicó este miércoles su intervención monseñor Joseph Rayappu, obispo de Mannar (Sri Lanka) para mostrar los extraordinarios frutos que está provocando esta práctica en su país, que ha sido introducida con fuerza por la Conferencia Episcopal desde hace 14 años.

El obispo ceilandés llegó a esta conclusión: «La Iglesia en el mundo de hoy está afrontando la amenaza de varios ‘ismos'», como el secularismo, el consumismo, el materialismo…. «La ‘Lectio divina’ es una respuesta que se ha demostrado eficaz. En palabras nuestro Santo Padre: ‘Si se promueve eficazmente la Lectio divina traerá a la Iglesia -estoy convencido– una nueva primavera espiritual».

Ricardo Grzona, presidente de la Fundación Ramón Pané de Honduras, por este motivo, ha presentado al Sínodo la propuesta de organizar un Congreso Internacional sobre «Lectio Divina».

Grzona, oyente en la asamblea, ha lanzado el proyecto «Leccionautas», «Lectio divina» en Internet, que ya cuenta con más de 300 mil jóvenes.

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ZENIT Staff

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