CIUDAD DEL VATICANO, viernes 17 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- El sínodo de los obispos sobre la Palabra de Dios renovará a la Iglesia. Es la convicción que manifiesta en esta entrevista el arzobispo Nikola Eterovic, su secretario general. El Espíritu Santo está actuando y se siente, reconoce. Entre las personas a las que quiere llegar el sínodo se encuentran también los «analfabetos bíblicos».
–¿Qué importancia tiene este sínodo sobre la Palabra de Dios?
–Arcivescovo Eterovic: Es esencial para la vida y la misión de la Iglesia, para la actividad de la Iglesia en el mundo actual. Todos debemos descubrir la actualidad de la Palabra de Dios que es viva y eficaz y que se nos dirige personalmente y como comunidad, como Iglesia, para animar al mundo entero, para redescubrir la Palabra de Dios que en definitiva es Jesucristo, Verbo Encarnado.
Todos debemos renovarnos, escuchar la palabra de Dios, meditarla, hacerla parte de nuestra vida y después aplicarla en nuestras actividades personales, familiares y sociales.
–¿Qué se espera de este sínodo?
–Arcivescovo Eterovic: Esperamos de este sínodo, con la Gracia del Espíritu Santo –en verdad se percibe la presencia del Espíritu Santo en nuestros trabajos–, una renovación de la Iglesia a partir de la escucha atenta de la Palabra de Dios. Dios nos dirige hoy una palabra de vida, de esperanza y de caridad.
–¿Cuáles han sido los temas fundamentales hasta hoy en este sínodo?
–Arcivescovo Eterovic: Podemos decir que la primera parte se ha concentrado en qué es la palabra de Dios, la creación. Dios nos habla también a través de la creación, del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, que se sintetiza en Jesucristo. Él es la palabra de Dios, y nosotros debemos leer las Escrituras, la palabra de Dios a la luz de Cristo que nos da su Espíritu para comprenderla mejor.
Posteriormente se ha reflexionado sobre el lugar en el cual la palabra de Dios viene celebrada, escuchada, proclamada, que es la Iglesia. Sobre todo en la liturgia y en la Santa Misa, obviamente en la Misa la homilía tiene un papel privilegiado, pero existen otros momentos fuera de ella como la catequesis, la evangelización, etc.
La tercera parte es la misión. La Palabra de Dios se nos dirige para ser difundida al mundo entero, por lo que anunciando la palabra de Dios debemos encontrarnos con nuestros hermanos cristianos. En este sentido, el diálogo ecuménico es muy importante, así como el diálogo con los que pertenecen a otras religiones no cristianas.
Los cristianos con su propia identidad deben anunciar la alegría de ser discípulos de Jesucristo a los demás, también a los hombres de cultura. Sobretodo en nuestros países de antigua civilización, la Biblia es una «carta magna», código de nuestra cultura.
–En el sínodo se está hablando mucho de los que no pueden tener una Biblia por falta de dinero o no saben leer o les cuesta entender la Escritura…
–Arcivescovo Eterovic: Debemos como Iglesia encontrar también modos para acercarnos a la gente analfabeta. Lamentablemente el analfabetismo está muy difundido por lo que es muy importante la transmisión también oral, como por radio, televisión y también a través del arte, con imágenes. La Iglesia ha contado siempre con la Biblia para los pobres, con ilustraciones, de forma que se puede entender la belleza de la palabra de Dios.
Pero también hay analfabetos modernos que quizá tienen mucha cultura científica, económica pero que en el campo religioso deben todavía aprender a leer. El sínodo busca también la forma de hacer que descubran la gran riqueza de la Biblia, de la palabra de Dios en la vida de la Iglesia de hoy.
Por Mercedes de la Torre