LISIEUX, domingo, 19 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Unas quince mil personas participaron este domingo en la beatificación de los padres de santa Teresita del Niño Jesús, Louis Martin y Zélie Guérin.
El segundo matrimonio elevado conjuntamente a la gloria de los altares fue beatificado en una celebración eucarística presidida por el legado pontificio, el cardenal José Saraiva Martins, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, en la basílica de Lisieux.
Tras concluir el rito de beatificación con el que el Papa ha inscrito a los dos esposos conjuntamente en el Libro de los Beatos, el cardenal portugués dio «gracias a Dios por este testimonio ejemplar de amor conyugal».
Este ejemplo, aseguró el purpurado, puede «estimular a los hogares cristianos en la práctica integral de las virtudes cristianas, como estimuló el deseo de santidad en Teresa».
El cardenal dejó paso a las confidencias en la homilía explicando que en el momento de la beatificación «pensaba en mi padre y en mi madre, y en este momento, quisiera que vosotros también pensarais en vuestro padre y vuestra madre y que juntos demos gracias a Dios por habernos creado y hecho cristianos gracias al amor conyugal de nuestros padres».
Louis Martin (1823-1894) y su esposa Zélie Guérin (1831-1877), padres de nueve hijos, cuatro de ellos fallecidos en tierna edad, es el segundo matrimonio beatificado simultáneamente después de los italianos Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi (fallecidos en 1951 y 1965 y beatificados en 2001 por Juan Pablo II).
El cardenal Saraiva Martins les presentó como «un don para los esposos de todas las edades por la estima, el respeto y la armonía con que se amaron durante 19 años».
Son también «un don para los padres» y «para todos aquellos que han perdido a su esposo o esposa».
«La viudez es siempre una condición difícil de aceptar –reconoció–. Louis vivió la pérdida de su esposa con fe y generosidad, prefiriendo el bien de sus hijos a sus gustos personales».
Por último, dijo, estos esposos son «un don para quienes afrontan la enfermedad y la muerte».
Zélie falleció de cáncer, Louis terminó su existencia a causa de una artereoesclerosis cerebral.
«En nuestro mundo, que trata de ocultar la muerte, nos enseñan a mirarla cara a cara, abandonándose en Dios», aseguró.
Entre los participantes en la ceremonia de beatificación se encontraba Pietro Schiliro, un niño italiano de Monza, cuya curación inexplicable en 2002 ha sido atribuida a la intercesión de los padres de santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones.
Nacido con una malformación de los pulmones, los médicos habían dicho que no podría sobrevivir. Su madre pidió su curación a Dios por intercesión de Louis y Zélie. Una comisión científica ha reconocido como inexplicable su curación.
Santa Teresita, nacida en 1873, entró a los 15 años en el Carmelo de Lisieux, donde falleció a los 24 años, dejando un testimonio escrito de experiencias místicas, por las que fue declarada por Juan Pablo II doctora de la Iglesia el 19 de octubre de 1997.