CIUDAD DEL VATICANO, martes 28 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Con motivo de la celebración de la fiesta hindú de Diwali o "de la luz", que da comienzo al año nuevo, la Santa Sede ha hecho público un mensaje del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, con el título: "Cristianos e hindúes, juntos para la no-violencia".

En el mensaje, el presidente de este Consejo, el cardenal Jean-Louis Tauran invita al mundo hindú a considerar "cómo podemos vivir en armonía en la sociedad actual, dando testimonio de esta verdad, esa luz y esa esperanza celebradas en el Diwali".

El purpurado recordó que en la tradición hindú, "la no violencia es una de las enseñanzas más importantes", y recordó al respecto al Mahatma Gandhi, quien desarrolló el concepto de la no violencia, de la que fue "una guía y un ejemplo hasta el punto de sacrificar su vida".

Por otro lado, recordó, "para los cristianos en el Discurso de la Montaña Jesús exhortó a sus discípulos a amar a sus enemigos, a rezar por los que les odian, a hacer el bien a los que les maltratan, a recorrer una milla más".

"La no violencia no es sólo un expediente táctico, sino la postura de quien, como ha dicho el Papa, 'está tan convencido del amor de Dios y de su poder, que no teme afrontar el mal con las únicas armas del amor y de la verdad'", añadió.

Según el cardenal Tauran, el amor a los enemigos "es la revolución del amor, un amor que fundamentalmente no depende de las capacidades humanas, sino que es un don de Dios".

Además, recordó que la no violencia es un valor "para muchas otras religiones". "Como líderes religiosos, llamados a afirmar la verdad que se encuentra en nuestras respectivas religiones, animemos a la no violencia entre nuestros seguidores y apoyémosla con nuestras acciones.

"Hagamos todo lo posible para promover la sacralidad de la vida humana, el bien de llos pobres y de los débiles en medio de nosotros, y para colaborar, a través del diálogo, para que se respete la dignidad de todo ser humano sin distinción de raza o casta, credo o clase".

El purpurado llama a hindúes y cristianos, especialmente en la situación actual, a "dejarse vencer por el amor sin reservas, con la convicción de que la no violencia es la única vía para construir una sociedad global más compasiva, más justa y más atenta a los necesitados".

Por Inma Álvarez