CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 diciembre 2008 (ZENIT.org).- «Siempre estamos muy atentos a lo que nos dice el Papa para orientarnos en nuestro camino», confesaba el sacerdote Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL), tras ser recibido este lunes en audiencia por Benedicto XVI.
El sucesor de monseñor Luigi Giussani, fundador de CL, declara a «Radio Vaticano» que, un año después del encuentro en la plaza de San Pedro con el movimiento, le ha pedido al Papa un encuentro «para contarle todo lo que ha sucedido y compartir con él los frutos de ese encuentro».
«Para nuestra historia ha sido muy significativa la relación que monseñor Giussani siempre tuvo con el entonces cardenal Joseph Ratzinger», añade Carrón.
«Nosotros, sobre todo ahora, consideramos que su magisterio es decisivo para nuestra vida de movimiento, para nuestra historia».
«Estamos atentos a todo lo que el Papa dice sobre la presencia cultural de la fe», ha añadido, subrayando que ha «apreciado muchísimo, además del gran discurso de Ratisbona, el reciente discurso que pronunció en París a los hombres de cultura», distribuido en todo el movimiento.
La Fraternidad se ha comprometido a «difundir esta perfección de la cultura que nace de la pertenencia a la experiencia cristiana, que es capaz de engendrar una humanidad con una racionalidad totalmente abierta, como nos lo testimonia continuamente el Papa», concluye.
«Comunión y Liberación es un movimiento eclesial cuya finalidad es la educación cristiana madura de sus propios seguidores y la colaboración con la misión de la Iglesia en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea», según explica en su página web (http://www.clonline.org).
Presente en todos los continentes, este movimiento no prevé ninguna forma de inscripción, sino únicamente la libre participación de las personas. Un instrumento fundamental de formación de los seguidores del movimiento es la catequesis semanal denominada «Escuela de comunidad».