CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 diciembre 2008 (ZENIT.org).- En su mensaje de Navidad, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, presidente de Caritas Internationalis, constata que durante este año Caritas se ha enfrentado a nuevos retos en su trabajo de ayuda humanitaria, construcción de la paz y desarrollo.
«La crisis alimentaria mundial aumentó en cien millones el número de personas hambrientas e hizo que fuera más oneroso para Caritas suministrar ayuda», constata el arzobispo de Tegucigalpa.
«El impacto de la crisis financiera durará varios años», agrega. «Un mundo construido sobre la base de la globalización de la codicia y del miedo, en vez de sobre la globalización de la solidaridad nunca iba a ser sostenible, o deseable».
«Nuestro temor -conifiesa– es que los más pobres, quienes menos se han beneficiado de las décadas de crecimiento económico desigual, son quienes pagarán el precio más alto por este desatino».
Al hacer un balance sobre la tarea de 2008 destaca que «como miembros de Caritas, cada día vemos el efecto positivo que nuestro trabajo puede tener para ayudar a los pobres a transformar su propia vida».
«La condonación de la deuda les ha permitido a Kenia, Tanzania, Uganda y a muchos otros países abolir las colegiaturas en escuelas primarias, lo que ha resultado en aumentos dramáticos en la matriculación en un espacio de pocos años», informa.
Por último, refiriéndose a los desafío para el año próximo, el cardenal expresa que «la construcción de la paz también será una de nuestras prioridades claves en el nuevo año».
«En 2008, la violencia étnica y política arrasó Kenia, el Congo, Georgia y Sri Lanka. El progreso en Afganistán y en Tierra Santa se estancó. Como defensora de la paz a nivel nacional, internacional y de las bases, Caritas redoblará sus esfuerzos», explica.