ROMA, viernes 3 de abril de 2009 (ZENIT.org) El presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, cardenal Stanislaw Rylko, aseguró esta mañana que gracias a las Jornadas Mundiales de la juventud “ha nacido una nueva generación de jóvenes capaces nadar contra corriente”.
El purpurado se refirió a este tema durante el saludo a los participantes del encuentro de los responsables de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que comenzó esta mañana en Roma.
En esta reunión participan cerca de 120 representantes de diferentes diócesis y movimientos eclesiales del mundo, especialmente de Europa, Norteamérica, Asia y Oceanía.
El cardenal Rylko comenzó su intervención agradeciendo a la Conferencia Episcopal Australiana por su hospitalidad y recordó unas palabras del papa Juan Pablo II, en las que calificó a este evento eclesial como un “laboratorio de la fe de los jóvenes”.
El encuentro, que se extenderá hasta el próximo domingo 5 de abril, pretende hacer un balance de la organización y las experiencias de la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Sydney 2008 para proyectarse hacia la celebración que se llevará a cabo en Madrid, en el verano de 2011.
“A las Jornadas Mundiales de la Juventud se debe no sólo el nacimiento de una nueva generación de jóvenes, sino también el nacimiento de una nueva generación de operadores pastorales, capaces de responder a los problemas de nuestro tiempo y a la nostalgia de su corazón” señaló el cardenal Rylko.
El purpurado indicó que “La fe de los jóvenes continúa siendo para nosotros una provocación que vence la pusilaminidad. Para indicar a los jóvenes el camino, para que su entusiasmo encuentre su justo orden”.
También advirtió el cardenal que este evento no puede ser visto como “un apéndice de la acción pastoral de la Iglesia” y dijo más bien que ésta debe prestar especial atención a la pastoral juvenil, la cual “no puede permitir caer en la rutina, sino que requiere una conversión de corazón y una continua búsqueda de vivir siempre para el anuncio de Cristo”.
Asimismo, el cardenal Rylko señaló la importancia del trabajo conjunto entre la Iglesia universal con la pastoral local, y elogió el trabajo de catequesis que cientos de diócesis en todo el mundo han realizado con los jóvenes, tanto antes como después de la Jornada Mundial de la Juventud.
“Las Jornadas Mundiales de la Juventud se han convertido en providenciales catalizadores de cara a las jóvenes generaciones”, agregó el purpurado.
Dijo también que este evento se convierte así en una oportunidad única para los jóvenes que quieren vivir coherente mente su fe y que “difícilmente encuentran espacio en los medios de comunicación y en la televisión” .
El purpurado asegura que espera que este encuentro “que nos lleva hacia Madrid, vuelva a encender en nosotros la llama viva de la pasión pastoral hacia los jóvenes”.
Y concluyó su intervención diciendo que gracias a la Jornada Mundial de la Juventud los jóvenes “dicen sí a Cristo, a la Iglesia, a la búsqueda del sentido verdadero de la vida”.
[Por Carmen Elena Villa]