JERUSALÉN, lunes 6 de abril de 2009 (ZENIT.org).- El mensaje de Pascua del patriarca latino de Jerusalén se ha convertido en una exhortación a la esperanza para los habitantes de Tierra Santa.
Su Beatitud Fouad Twal dedica toda su misiva a ofrecer una meditación sobre los misterios que en estos días de la Semana Santa viven los cristianos hasta concluir con la Pascua de Jesús, dejando a un lado los aspectos políticos que se viven en esas tierras.
«Durante esta semana bendita, Dios nos da la gracia de revivir el acontecimiento de la Salvación: con Jesús, en Jesús, vamos a pasar de la muerte a la vida», afirma.
Gracias a la resurrección de Jesús, explica, «la aventura puede continuar. O más bien, puede volver a comenzar. ¡Todo es nuevo! Para nosotros mismos, para nuestro país y para nuestra Iglesia».
«La salvación se ha cumplido y debe ser anunciada a todos los hombres», asegura.
La Semana Santa comenzó este domingo de Ramos en Jerusalén con la celebración matutina en la basílica del Santo Sepulcro, presidida por Su Beatitud Twal.
Luego, en una tarde caliente y soleada, cantos e himnos en todos los idiomas dieron el ambiente a la tradicional procesión de los ramos.
Se calcula que más de diez mil personas conformaron el río humano que desde el santuario de Betfagé subió hasta el Monte de los Olivos, precedido por el patriarca Twal, el nuncio apostólico, el custodio de Tierra Santa y el obispo católico melquita de Jerusalén.