Cristianos sudaneses siguen esperando regresar a sus hogares

Un obispo de Jartum afirma que el acuerdo de paz no se aplica

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KOENIGSTEIN, Alemania, martes 7 de abril de 2009 (ZENIT.org) .- Cuatro años después del acuerdo de paz, numerosos refugiados sudaneses cristianos continúan esperando regresar a sus hogares, ya que el gobierno continúa impulsando una agenda política musulmana.

Así lo señaló el obispo auxiliar de Jartum (Sudán), monseñor Daniel Adwok en una entrevista realizada en la sede internacional de la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) en la ciudad alemana de Koenigstein.

La entidad informó ayer que los desplazados cristianos en el norte de Sudán necesita ayuda, ya que el trato del gobierno a los no-musulmanes «sigue siendo el mismo».

El prelado dijo que, debido a continuos conflictos, «las iniciativas para ayudar a los refugiados a volver al sur del país han sido esporádicas hasta el momento».

A pesar de algunos «gestos conciliadores», el obispo señaló que el gobierno promueve «la extensión del Islam y la promoción de una única identidad religiosa y cultural».

Se ha avanzado poco, señaló, desde que en el año 2005 el acuerdo de paz puso fin a 20 años de guerra civil entre el Gobierno de Jartum y los sudaneses del Ejército Popular de Liberación o Movimiento.

En menos de dos años, informó, se celebrará un referéndum sobre la posible independencia del sur, como estipula el acuerdo, pero la solución no parece cercana, por lo que continuarán las disputas por la tierra.

El obispo Adwok afirmó que «la clave es que el gobierno de Jartum no ha cumplido su compromiso de atender las reivindicaciones de los no musulmanes».

El acuerdo propone la creación de una comisión «de los derechos de los no-musulmanes», que todavía no se ha formado, señaló.

El prelado dijo: «El gobierno siempre se ha centrado en el proceso de islamización; no veo ningún cambio por parte de las autoridades».

También destacó la falta de progresos en los esfuerzos «para permitir a las personas desplazadas regresar a sus lugares de origen en el sur». Los que intentan regresar a sus hogares encuentran obstáculos: continuos problemas de seguridad y falta de infraestructuras, dijo.

El obispo añadió: «Hay tanta inseguridad que la gente desiste de volver al sur». Hay conflictos que afectan a las fuerzas vinculadas al grupo rebelde y al gobierno de Jartum, explicó, lo cual «da la imagen de una tierra en la que sólo se puede sobrevivir con una pistola».

Monseñor Adwok señaló que algunos cristianos que han intentado volver a sus hogares han tenido que regresar al norte porque no han encontrado «ninguna oportunidad de trabajo y faltaban viviendas, carreteras y otras comunicaciones».

El prelado agradeció a AIN su ayuda, especialmente la asistencia para la educación de 15.000 niños, y dijo: «Los desplazados en el norte necesitan escuelas y esperanza».

Y concluyó: «Tendríamos un triste futuro si no contáramos con personas cualificadas que han tenido una educación cristiana y la esperanza de vivir en una sociedad islámica aportando una contribución positiva al bien común».

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ZENIT Staff

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