CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 9 de abril de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha enviado los óleos santos bendecidos en la Misa Crismal del Jueves Santo a L’Aquila, ciudad en la que el obispo no ha podido presidir la celebración a causa del terremoto.
Al concluir la misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa dijo: «a nuestro querido hermano monseñor Giuseppe Molinari, arzobispo de L’Aquila, que, a causa de los gravísimos daños causados por el terremoto no podrá reunir al presbiterio diocesano para la celebración de la misa Misa Crismal, deseo hacer llegar estos santos óleos, como signo de profunda comunión y cercanía espiritual».
«Que estos santos óleos puedan acompañar el tiempo del renacimiento y la reconstrucción –deseó el obispo de Roma–, sanando las heridas y apoyando la esperanza».
El recuerdo de las víctimas de los terremotos en la región italiana de los Abruzos estuvo en el centro de la tradicional celebración del Jueves Santo, con la participación de los sacerdotes presentes en Roma, en la que el Papa bendijo los óleos santos de los catecúmenos y de los enfermos, y el crisma.
El aceite del óleo bendito fue donado por la asociación de cooperativas agrícolas «Arte y alimentación» de Castelserás, en España, mientras que la esencia perfumada del sacro crisma ha sido ofrecido por una empresa agrícola de Reggio Calabria, en Italia.