CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 12 abril 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó este domingo lanzó este domingo de Pascua la «batalla pacífica» que surge de la resurrección de Jesús para afrontar la crisis global caracterizada por conflictos, carestía de alimentos, y desbarajuste financiero.
Fue la consigna que dejó en el mensaje de Pascua, pronunciado desde el balcón de la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano ante unos doscientos mil peregrinos y transmitido en directo por canales de televisión de los cinco continentes.
El Santo Padre explicó que si bien, «por la Pascua, Cristo ha extirpado la raíz del mal, necesita no obstante hombres y mujeres que lo ayuden siempre y en todo lugar a afianzar su victoria con sus mismas armas: las armas de la justicia y de la verdad, de la misericordia, del perdón y del amor».
Este mensaje, dijo, es particularmente necesario en África, continente que acaba de visitar al hacer etapa en Camerún y Angola», pues «sufre enormemente por conflictos crueles e interminables, a menudo olvidados, que laceran y ensangrientan varias de sus naciones».
Según denunció, un número «cada vez mayor de sus hijos e hijas» acaban siendo víctimas del hambre, la pobreza y la enfermedad».
El pontífice aclaró que este mensaje lo repetirá en Tierra Santa, donde visitará Jordania, Israel y los territorios palestinos, del 8 al 15 de mayo.
«La difícil, pero indispensable reconciliación, que es premisa para un futuro de seguridad común y de pacífica convivencia, sólo se hará realidad con los esfuerzos renovados, perseverantes y sinceros para la solución del conflicto israelí-palestino», aseguró.
Explicó, que al visitar la tierra de Jesús ampliará su mensaje a los países limítrofes,a Oriente Medio y al mundo entero.
«En un tiempo de carestía global de alimentos, de desbarajuste financiero, de pobrezas antiguas y nuevas, de cambios climáticos preocupantes, de violencias y miserias que obligan a muchos a abandonar su tierra buscando una supervivencia menos incierta, de terrorismo siempre amenazante, de miedos crecientes ante un porvenir problemático, es urgente descubrir nuevamente perspectivas capaces de devolver la esperanza».
«Que nadie se arredre en esta batalla pacífica comenzada con la Pascua de Cristo, el cual, lo repito, busca hombres y mujeres que lo ayuden a afianzar su victoria con sus mismas armas, las de la justicia y la verdad, la misericordia, el perdón y el amor», concluyó el Papa.