BARCELONA, lunes, 27 abril 2009 (ZENIT.org).-El arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluís Martínez Sistach, aplaude la iniciativa en curso en el Parlamento Europeo para proteger el domingo como un día de descanso semanal en la legislación de los Estados miembros y comunitaria de la Unión Europea.
En su carta pastoral de este domingo, titulada «Salvar el domingo», advierte de la incidencia negativa sobre la familia que tendría la pérdida del domingo como un día festivo y la ampliación de los horarios comerciales.
«El beneficio económico y el progreso técnico, frío y no siempre supeditado a un progreso auténtico de la persona humana y del bien común, no nos debe hacer perder el riquísimo valor del domingo, el cual tiene una larguísima tradición en nuestra cultura y cuyas múltiples manifestaciones han ido creando cultura y dando sentido y alegría a la vida de las personas y de las familias», señala.
El cardenal califica la iniciativa que está en curso en el Parlamento Europeo como «una moción muy importante que considero que hay que apoyar».
Respecto a España recuerda que la Constitución «garantiza la protección social, económica y jurídica de la familia».
El cardenal destaca la importancia del matrimonio y la familia en la sociedad: «la promoción de una auténtica relación, encuentro y comunión de los miembros de la familia deviene un aprendizaje fundamental e insubstituible de la vida social, señala.
También recuerda que «los miembros de la familia precisan del tiempo suficiente para convivir y crecer en el amor y la ayuda mutua».
Sobre los efectos de la pérdida del domingo como día festivo, señala que «dificultaría que toda la familia pueda reunirse en algunos momentos del día, especialmente en los días festivos».
También que «haría que disminuyera la dedicación de muchas personas a su familia, especialmente durante las fiestas» y que dificultaría la coincidencia de horarios entre los miembros de una familia.
Señala que «el domingo es para todos los ciudadanos un importante día de descanso, de alegría y de solidaridad» y añade que «para los cristianos, el domingo es también el día del Señor, el cual está en perfecta armonía con el día del hombre».
La cuestión de la «desaparición del domingo» ocupó hace unos meses la atención de los obispos de Francia, que publicaron el documento «El domingo, en riesgo en la vida actual» ante un proyecto de ley francés sobre el trabajo en domingo.
En aquella ocasión, los obispos explicaron las razones sociales y antropológicas de la importancia del día de descanso semanal en la cultura occidental y para el bienestar de las familias.
Por Patricia Navas