MADRID, martes, 28 abril 2009 (ZENIT.org).- A lo largo de 2008, cuando los efectos de la crisis comenzaban a manifestarse con toda su intensidad, Caritas Española ayudó a doce mil personas a encontrar un puesto de trabajo, según ha informado hoy en rueda de prensa esta organización eclesial.
Ese es uno de los datos más destacados de la Memoria 2008 del Programa de Empleo ue se ha presentado esta mañana en Madrid, en una rueda de prensa en la que han intervenido Silverio Agea, secretario general de Cáritas Española; Mikel Ruiz, director de Cáritas Diocesana de Bilbao; y Carlos Ortega, trabajador de la empresa de inserción Solemccor de reciclado de papel puesta en marcha por Caitas Diocesana de Córdoba.
Silverio Agea describiól de los usuarios de los Programas de Empleo de Cáritas en toda España, en los que durante 2008 se atendió a setenta mil personas.
El secretario general de Caritas señaló que la crisis económica que, empezó a mostrar su lado más virulento a partir de la primavera del año pasado, ha modificado también tanto el perfil como el número de las personas atendidas.
Las personas sin empleo que están solicitando el apoyo de Cáritas proceden incluso de entornos vitales que no requieren itinerarios de inserción, sino que sólo necesitan un empleo, aunque también vuelven personas que hace años ya vivieron su itinerario de inserción ylograron estabilizar su vida, pero que ahora han perdido su empleo y se enfrentan a una situación personal y social muy difícil.
Algunas Caritas diocesanas incrementaron en 2008 sus respuestas en los Programas de Empleo entre un 50% y un 200%, lo que las ha obligado a ampliar sus servicios y personal, y dar la máxima prioridad a las acciones vinculadas al empleo.
Ese fue el caso de Caritas Bilbao que, como ha explicado Mikel Ruiz, ha logrado crear en los últimos meses, gracias a un plan especial de respuesta a la crisis, una bolsa de trabajo de cien empleos de inserción en actividades de reciclado, rehabilitación, restauración y colaboración con diversas empresas.
¿Cuál es el perfil de las personas atendidas en los Programas de Empleo de Cáritas? El 65% son mujeres jóvenes, de entre 30 y 35 años de edad, con responsabilidades familiares no compartidas, escasamente cualificadas y sin una experiencia laboral suficiente. Sin embargo, se registra también un incremento de 8 puntos en el porcentaje de hombres.
Se constata que las personas sin estudios son las primeras en perder su empleo. Si en 2007 participaron en itinerarios de inserción un 54% de personas sin estudios o sólo con educación primaria, en 2008 el porcentaje aumentó al 75% de los participantes.
La población inmigrante supone un 59% de las personas atendidas en los servicios de empleo de Caritas. En estas personas, a la pérdida del empleo se añade una gran inseguridad por su permiso de residencia y que se acaben las prestaciones por desempleo.
En tiempos de crisis, Caritas opta por mantener la calidad en sus servicios de empleo, porque, como ha subrayado Agea, «sabemos que el empleo es herramienta más digna y más eficaz para erradicar la pobreza». Por esa razón, en 2008 la Confederación Cáritas, que invirtió en los programas de empleo unos 25 millones de euros, ha apoyado especialmente la metodología que se ha mostrado más útil para lograr la inserción sociolaboral de las personas alejadas del mercado laboral: los itinerarios de inserción.
Además de dar cuenta de la acción desarrollada en 2008, Cáritas ha aprovechado la rueda de prensa para poner sobre la mesa un amplio repertorio de propuestas en materia de empleo dirigidas a los responsables públicos y agentes sociales.
En este sentido, Silverio Agea ha defendido la necesidad urgente de impulsar un pacto social por la inclusión social y el empleo dirigido a los colectivos más desfavorecidos y que contemple medidas de apoyo a: itinerarios personalizados de incorporación laboral; una formación profesional accesible y adaptada al mercado laboral y a los colectivos más vulnerables; generación de empleo social; iniciativa emprendedora; la prospección y localización de actividades económicas que generan empleo; la dignificación laboral del sector de las empleadas del hogar; la redistribución del empleo; aumento del salario mínimo interprofesional hasta los 800 euros mensuales para los empleos más precarios, lo que pondría a muchas personas por encima del umbral de la pobreza; protección social e ingresos mínimos para todos los ciudadanos por igual; y facilitar el acceso a unos servicios de calidad en educación, salud, vivienda, cultura y acceso a recursos bancarios, entre otros.
El secretario general de Caritas recordó que la respuesta a la crisis no sólo es competencia de las Administraciones públicas, sino que implica al conjunto de la sociedad. Invitó, a este respecto, a todos los ciudadanos a «aprovechar la oportunidad que nos ofrece la crisis para cambiar el modelo de consumo y el modelo de crecimiento vigente, que se ha venido caracterizando por tasas muy elevadas de precariedad y temporalidad laboral».
Y tras recordar que, a pesar de las dos décadas de intenso crecimiento económico que ha atravesado nuestro país, seguimos teniendo una tasa de protección social siete puntos por debajo de la media europea, apeló a la necesidad de «recuperar los valores del ser por encima del tener». «Nunca hemos visto despilfarrar tanto a la sociedad española como en los últimos diez años», concluyó.