El boicot no ha afectado al viaje del Papa

Según el padre Caesar Atuire

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JERUSALÉN, martes, 12 mayo 2009 (ZENIT.org).- El boicot que ha experimentado la peregrinación de Benedicto XVI a Tierra Santa, los ataques de un jeque musulmán contra Israel en el encuentro interreligioso por la paz, no ha afectado ni a la palabras del Papa ni a su impacto, explica el padre Caesar Atuire.

El sacerdote, administrador delegado de la Obra Romana para las Peregrinaciones, institución dependiente de la Santa Sede, comenta con ZENIT el episodio acaecido este lunes, cuando Tayssir Attamini, juez supremo de las Cortes islámicas de Jerusalén, tomó por propia iniciativa la palabra para lanzar un encendido ataque en árabe.

«Lo mismo sucedió durante la visita de Juan Pablo II en el mismo lugar, hace nueve años, y hoy ya nos hemos olvidado de lo que sucedió. Lo mismo podría suceder con este gesto», comenta el sacerdote, que acompaña al Papa en su peregrinación.

«Hemos visto, además, que en el pontificado del Papa Benedicto XVI los momentos de dificultad se convierten en momentos de diálogo, como ha sucedido con otros incidentes que después han dejado espacio a encuentros más profundos para resolver conflictos y prejuicios, que a veces son de siglos».

El padre Atuire opina que éste será precisamente el impacto que puede tener la visita que realizó este martes al visitar el Muro de las Lamentaciones o Muro Occidental, ante las incomprensiones que todavía se dan en el mundo judío, y que podían constatarse en este día en la prensa israelí.

«Ante ese muro nos encontramos ante el templo que custodia la presencia del único Dios, el Dios de los judíos, de los cristianos, de los musulmanes», aclara.

«Y creo que, en este sentido, ir y rezar precisamente ante el Muro Occidental es una manera para decir que todos nosotros somos hijos del único Dios y tratamos de seguir lo que este Dios nos enseña y así podemos encontrar el camino para vivir juntos, en concordia y paz».

El padre Atuire, que acaba de vivir este martes junto a los cristianos de Tierra Santa la emoción de la primera misa al aire libre celebrada en Jerusalén por un Papa, afirma que la presencia de estos creyentes en los santos lugares es decisiva y una riqueza para todos y un instrumento de paz.

«Aunque los cristianos sean pocos su presencia es muy importante, porque son los que logran dialogar con ambas partes de las poblaciones que viven aquí», concluye.

Por Mercedes de la Torre

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ZENIT Staff

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