ROMA, viernes, 12 junio 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de la diócesis de Coro, Venezuela, Roberto Liquer, acusó al gobierno de Hugo Chávez de tratar de arrinconar a la Iglesia Católica.
"Pretende coartarnos, amenazarnos, arrinconarnos, pero se debe recordar que la Iglesia tiene más de dos mil años de vida. Nosotros tendremos que superar a Chávez y a su equipo", declaró el prelado a Associated Press.
Monseñor Liquer afirmó que el papa Benedicto XVI los apoya y los anima en su trabajo de evangelizadores y como misioneros, y que comparte sus preocupaciones.
"Así lo manifestó, entre líneas, en el discurso que pronunció al recibirnos", añadió.
Los obispos venezolanos fueron recibidos el martes por el Pontífice, en su visita ‘ad limina apostolorum' que realizan desde el 1 al 18 de junio.
Más allá de la crisis económica "muy trágica" que vive Venezuela, el arzobispo de Coro señlaó que el verdadero problema de Venezuela es que la "democracia está en peligro".
"Todos los poderes están en manos de una sola persona: el ejecutivo nacional, la acción jurídica, electoral, las fiscalías. Todo lo dirige él y todo lo decide él", aseguró.
"Si Chávez decide que una empresa sea expropiada, así se hace. Se hace todo en función de lo que él quiere y eso no es democracia, porque el pueblo debe expresarse en forma libre, amplia, sin presiones de ningún tipo", manifestó.
A juicio de monseñor Liquer, "Chávez y su entorno" tienen una "actitud beligerante, agresiva, prepotente. Todos los que disienten de él, es un enemigo del gobierno".
Acusó al gobierno de Venezuela de imponer mil y una restricciones para visitar a los presos políticos.
"Aunque el gobierno los califica de presos comunes, son presos políticos, quienes no ven la luz del sol, un atropello total a los derechos humanos. Son 41 las personas privadas de la libertad por razones políticas", aseguró.