Una de las Biblias más antiguas puede admirarse en Internet

El «Codex Sinaiticus»

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ROMA, martes, 7 julio 2009 (ZENIT.org).- El «Codex Sinaiticus», uno de los textos más antiguos conservados de la Biblia, ya puede admirarse y leerse en Internet en la dirección http://www.codexsinaiticus.org

El Codex es una Biblia manuscrita, realizada entre los años 330 y 350. Junto con el «Codex Vaticanus», que es algo anterior el «Codex Sinaiticus», es uno de los manuscritos de mayor valor para la crítica textual del Nuevo Testamento en su versión griega, al igual que la versión griega de los Setenta (o Septuaginta) del Antiguo Testamento.

Mide 33,5 centímetros de ancho por 37,5 centímetros de alto.

Sus fragmentos se hallan divididos en varias bibliotecas del mundo, por lo cual se firmó en Londres hace cuatro años un documento de reunificación, proceso que ha tenido lugar gracias a la tecnología digital. El proyecto ha costado más de un millón de euros.

Durante varios siglos el «Codex Sinaiticus» permaneció en el Monasterio de Santa Catalina, en el Monte del Sinaí. En el siglo XIX el manuscrito se dividió, por lo que hoy los textos del Antiguo y Nuevo testamento se encuentran repartidos entre ese Monasterio, la Biblioteca Británica (en este lugar se encuentra la mayor parte; 347 páginas de las 400 totales), la Biblioteca de la Universidad de Leipzig en Alemania, y la Biblioteca Nacional de Rusia en San Petersburgo.

Fue el teólogo alemán Constantin Von Tischendorf, quien en 1844 se llevó partes del texto a Alemania y Rusia. Los monjes autorizaron al teólogo a llevarse 43 páginas de pergamino a Leipzig.

En 1859, Von Tischendorf regresó al Sinaí, descubrió más partes del manuscrito y convenció de nuevo a los monjes de que lo mejor era llevarlos también a Leipzig y donarlos al zar de Rusia, con cuyo apoyo había hecho ese segundo viaje.

Parte del manuscrito fue a parar luego a la Unión Soviética, que en 1933 vendió parte de esos pergaminos al Museo Británico de Londres, mientras que los restantes se quedaron en San Petersburgo.

Los monjes ortodoxos griegos pensaban que habían perdido el manuscrito, pero en 1975 descubrieron una docena de sus páginas en una habitación olvidada, enterrada tras un derrumbamiento. Los monjes conservan enmarcada una copia de la nota dejada por Tischendorf prometiendo devolver el manuscrito.

La edición digital del manuscrito ha sido elaborada conjuntamente por la Biblioteca Británica, la Biblioteca Universitaria de Leipzig y la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo.

Más información: http://www.codexsinaiticus.org

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ZENIT Staff

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