CIUDAD DEL VATICANO, martes 1 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- Las personas con deficiencia auditiva pueden aportar mucho a la vida de la Iglesia. Es el tema de la 24ª Conferencia Internacional que organiza en noviembre el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.
El pasado miércoles, tras la audiencia general en Castel Gandolfo, le fue presentado al Papa el programa de este congreso, que llevará por título «¡Effatà! La persona sorda en la vida de la Iglesia», según informa L’Osservatore Romano en su edición de hoy.
El presidente de este dicasterio, monseñor Zygmunt Zimowski, explicó durante la presentación que la finalidad del congreso es «ofrecer una oportunidad a la Iglesia para valorar la aportación de las personas sordas en los distintos campos del apostolado».
En la preparación del programa han contribuido especialmente la congregación religiosa italiana Pequeña Misión para los Sordomudos y la International Catholic Foundation for the Service of Deaf Persons.
Entre otros, está prevista la participación de monseñor Patrick Altham Kelly, arzobispo de Liverpool (Gran Bretaña) y presidente de esta fundación.
También estarán los dos presidentes eméritos del dicasterio, los cardenales Javier Lozano Barragán y Fiorenzo Angelini.
El congreso tratará, por un lado, sobre los aspectos médicos, psicológicos y sociales de la sordera, y por otro, de las necesidades pastorales de este colectivo.
Tomarán la palabra, en el primer caso, especialistas como Maryann Barth (EEUU), Consuelo Manero Soto, directora de la escuela de psicología de la Universidad marista de Ciudad de México, Antonia Claveria Puig, doctora del hospital San Juan de Dios de Barcelona (España) y Marcel Broesterhuizen y Kazimera Krakowiak, de la Universidad católica de Lovaina, entre otros.
En la segunda parte, darán su experiencia catequistas, sacerdotes, familias y voluntarios dedicados a la pastoral con sordos.
Entre ellos, participará el sacerdote español Jaime Gutiérrez Villanueva, vicepárroco de Santa María del Silencio de Madrid, parroquia específicamente creada en 1973 por dos sacerdotes sordos y una decena de fieles con esta minusvalía.