Benedicto XVI aplaude la intervención del patriarca ortodoxo de Etiopía

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Los cristianos deben dar testimonio juntos del Evangelio

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Frente a las tragedias que atenazan al continente africano, es necesario que todos los cristianos se esfuercen en dar “un testimonio común de la esperanza transmitida por el Evangelio”.

Es el llamamiento que hizo este martes el Papa Benedicto XVI, tomando la palabra tras la intervención en el Sínodo de los Obispos del Patriarca de la Iglesia ortodoxa Tewahedo de Etiopía, Su Santidad Abuna Paulos.

“Su presencia – afirmó el Santo Padre – es un testimonio elocuente de las antiguas y ricas tradiciones de la Iglesia en África. También en el tiempo de los Apóstoles, entre las numerosas personas deseosas de escuchar el mensaje salvífico de Cristo, había habitantes de Etiopía”.

“La fidelidad de su pueblo al Evangelio – añadió – sigue expresándose a través de la obediencia a su ley del amor, pero también,como nos ha recordado, a través de la perseverancia en la persecución y en el sumo sacrificio del martirio en nombre de Cristo”.

Poco antes, el Patriarca ortodoxo había tomado la palabra para hablar de los sufrimientos padecidos por los cristianos en África, y en particular por los fieles de su Iglesia, sometidos “a una dura persecución durante la dictadura comunista, con muchos nuevos mártires”.

“Yo mismo, que entonces era obispo, pasé muchos años en prisión antes del exilio – comentó –. Cuando llegué a ser Patriarca, al final del periodo comunista, había mucho que reconstruir. Ésta ha sido nuestra tarea, con la ayuda de Dios, las oraciones de nuestros monjes y la generosidad de los fieles”.

Entre los problemas más grandes que afligen a África, el Patriarca señaló “la falta de acceso a la educación” de los jóvenes.

Respecto a la lucha contra la difusión del HIV/Sida, subrayó la obligación moral de “animar todas aquellas experiencias que muestran cómo curar y resistir a la enfermedad, para dar esperanza creando sinergias y proporcionando a África los tratamientos que recibe Europa”.

“África fue colonizada con brutalidad y sus recursos fueron explotados – añadió –. Las naciones ricas que se han desarrollado explotando a África se acuerdan de ella sólo cuando necesitan algo. Nunca han apoyado al continente en su lucha por el desarrollo”.

El Patriarca hizo referencia a la “enorme deuda global” que pesa sobre África y que “ni esta generación ni la futura podrán pagar”.

Pidió también a los líderes religiosos africanos a alzar la voz en defensa de los niños, a menudo enrolados por la fuerza en los ejércitos, para que “estos comportamientos sean abandonados inmediatamente”.

Además, prosiguió, aunque África “se liberó del colonialismo hace tiempo, existen aún muchas situaciones que la hacen dependiente de los países ricos”.

“La enorme deuda, la explotación de sus recursos naturales por parte de pocos, la práctica agrícola tradicional y la introducción insuficiente de los modernos sistemas de agricultura, la dependencia de las poblaciones a las lluvias, que inciden negativamente sobre la seguridad alimentaria, la migración y la fuga de cerebros, afectan gravemente al continente”, añadió.

Por esto, subrayó que los cristianos “deben ser mensajeros de cambios al traer la justicia, la paz, la reconciliación y el desarrollo”.

Con todo, precisó, “los líderes religiosos no deben preocuparse solo de las obras sociales, sino de responder a las grandes necesidades espirituales de los hombres y las mujeres de África”.

“La sociedad – concluyó – necesita de las enseñanzas de sus religiosos, que la ayuden a resolver sus problemas en unidad, y a dejar de ser la víctima de un problema”.

A esto, el Papa Benedicto XVI respondió que “el anuncio evangélico no puede prescindir del compromiso de edificar una sociedad conforme a la voluntad de Dios, que respete las bendiciones de la creación y que tutele la dignidad y la inocencia de todos sus hijos”.

“¡En Cristo, sabemos que la reconciliación es posible, que puede prevalecer la justicia, que la paz puede perdurar! Este es el mensaje de esperanza que estamos llamados a proclamar – añadió –. Esta es la promesa que el pueblo de África espera ver cumplida en nuestros días”.

“Oremos, pues, para que nuestras iglesias puedan acercarse a la unidad que es don del Espíritu Santo, y den testimonio común de la esperanza traída por el Evangelio”.

“Vamos a seguir trabajando por el desarrollo integral de todos los pueblos de África, el fortalecimiento de las familias que son el baluarte de la sociedad africana, la educación de los jóvenes que son el futuro de África, y contribuir a la construcción de sociedades marcadas por la honradez, la integridad y solidaridad”.

“Que nuestras deliberaciones durante estas semanas ayuden a los seguidores de Cristo en todo el continente a ser un ejemplo convincente de la rectitud, la misericordia y de paz, y una luz que guíe el camino de las generaciones venideras”, concluyó el Papa.

 

 

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ZENIT Staff

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