Proposiciones al Papa aprobadas por el Sínodo (16 a 20)

Doctrina social de la Iglesia y Protocolo de Maputo

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 29 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la traducción al español de las Proposiciones 16 a 20 (versión no oficial), de la reciente II Asamblea Extraordinaria para África del Sínodo de los Obispos –cuyo texto oficial está en latín–, objeto de voto personal por parte de los padres sinodales, presentadas al Papa Benedicto XVI.

El texto oficial en latín, por su naturaleza, es reservado y no será publicado, para respetar el carácter consultivo de la asamblea sinodal. Este texto, como su nombre indica, tiene carácter propositivo.

* * *

Proposición 16

Fuga de cerebros

Los países y las familias africanas invierten grandes sumas de dinero para formar profesionales para contribuir a mejorar las condiciones de vida de la gente. Por desgracia muchos de ellos abandonan el país nada más terminar la especialización con la esperanza de encontrar mejores condiciones de trabajo y de remuneración.

El Sínodo propone:

– que los países africanos tomen medidas urgentes para mejorar las condiciones de vida y de trabajo en el continente para prevenir la “fuga de cerebros”, de modo que las personas no dejen su país para ser absorbidas en las sociedades desarrolladas;

– que los profesionales ejerzan un sentido de sacrificio y de servicio hacia su propia gente, a cuyas expensas han sido formados; y

– que los países desarrollados apoyen a África al afrontar este problema, desarrollando centros de excelencia académica para que respondan a las necesidades de un desarrollo integral de las sociedades.

Proposición 17

La justicia social y la eliminación de la pobreza

Los Padres Sinodales hacen un llamamiento a una economía al servicio de los pobres y ha denunciado fuertemente un orden económico injusto que ha llevado a perdurar la pobreza.

Por tanto nosotros proponemos que:

1. la Iglesia-Familia de Dios en África se dedique al servicio de los pobres, huérfanos y excluidos a imitación de la vida de la Iglesia primitiva;

2. como la Iglesia primitiva, la Iglesia en África y en las Islas debe desarrollar un sistema interno para responder a sus propias necesidades. A propósito de situaciones de emergencia (catástrofes y desastres) es obligatorio instaurar relaciones de solidaridad entre las diversas diócesis y dentro de las mismas Conferencias Episcopales. Por este motivo es urgente establecer un fondo de solidaridad a nivel continental a través de la red Cáritas. Al mismo tiempo la Iglesia debería esforzarse en promover e inculcar una concepción integral del trabajo como expresión de gratuidad y solidaridad. De esta forma el talento humano será reconocido como necesario para el bien de todos;

3. que los políticos adopten las medidas adecuadas (acceso a la tierra, al agua, infraestructuras, etc.) para remediar la pobreza y para desarrollar políticas que garanticen la autosuficiencia alimentaria y programas educativos que estén orientados a la producción;

4. que se propugne la ulterior cancelación de la deuda en condiciones favorables y la eliminación de la práctica de la usura;

5. los gobiernos africanos deben ser más prudentes en el acceso a subsidios y préstamos, de forma que no traigan al pueblo ulteriores deudas;

6. África debe implicarse activamente como socio importante en los procesos de tomas de decisiones sobre el comercio internacional y sobre las cuestiones socio-económicas que le conciernen;

7. y los esfuerzos arriba mencionados deben estar inspirados y regulados por valores humanos auténticos de promoción integral y de desarrollo humano.

Proposición 18

La doctrina social de la Iglesia

La misión evangelizadora de la Iglesia-Familia de Dios en África se alimenta de materiales de distintas fuentes, la más importante de las cuales en absoluto es la Escritura, la Palabra de Dios. Pero, como se observó en el Sínodo (Relatio ante disceptationem, 6), la conducta y el carácter del ministerio de la Iglesia se ponen de relieve en muchos “acontecimientos y materiales de apoyo”, “subsidia fidei”, como el “Compendio de la Doctrina social de la Iglesia”, una guía muy exhaustiva sobre la misión y sobre la realización de la Iglesia como “maestra” y “levadura”, en el mundo y en su orden social.

En consecuencia, los Padres Sinodales, reconociendo la utilidad del “Compendio” en la tarea de la evangelización del continente y de sus Islas, proponen que cada Conferencia Episcopal nacional y regional:

– revise todos sus materiales catequéticos a todos los niveles (niños, jóvenes, parejas jóvenes, familias) para incluir los elementos de la doctrina social de la Iglesia y traducir el “Compendio” en las lenguas locales;

– exija que la doctrina social de la Iglesia se haga obligatoria en toda la educación de los seminarios y en los programas de formación permanente de los sacerdotes, hombres y mujeres religiosos y en la formación de los laicos al servicio de la Iglesia y de la sociedad;

– reúna, allí donde aún no existen, los mensajes y las cartas pastorales relativas a su enseñanza social;

– cree un grupo de investigadores para redactar el programa de un curso para la enseñanza y la comunicación de los valores sociales y cristianos, de modo que el programa, así concebido, sea enseñado desde la escuela primaria hasta la universidad; y

– haga conocer y amar el Evangelio y los valores africanos de la solidaridad, de la generosidad y del bien común.

Proposición 19

Educación

Los Padres Sinodales manifiestan interés por la educación, idea que a menudo es expresada por el Santo Padre Benedicto XVI. Como en otros lugares alrededor del mundo, África está experimentando la crisis de la educación. Un programa educativo completo e integrado es necesario para unir fe y razón a través del cual el fiel se prepare adecuadamente para afrontar todas las circunstancias de la vida y evitar que se vean abocados a regularse con criterios dualistas y relativistas en sus decisiones cotidianas. La educación no puede ser simplemente reducida a academia, sino que debería inculcar en la juventud el sentido profundo de la vida. La familia debe ser reconocida como primer lugar de educación y por esto asistida en esta misión. Los Padres Sinodales, por ello, insisten en la prioridad de la educación y defienden el derecho del ciudadano al trabajo educativo, que no debe ser monopolio del Estado.

Allí donde las Iglesias han instituido escuelas encaminadas a colaborar con el Estado para promover la educación, es necesario que el derecho de las Iglesias a mantener las escuelas sea respetado. Sería también deseable que el Estado estableciera una colaboración con la Iglesia en el campo educativo, apoyando las escuelas.

Proposición 20

Protocolo de Maputo

Los Padres Sinodales conocen los aspectos problemáticos del Protocolo de Maputo sobre las mujeres y la vida, por ejemplo en lo tocante a la salud reproductiva. Pero sobre todo consideran inaceptable la promoción del aborto en el artículo 14,2/c: “proteger los derechos reproductivos de las mujeres autorizando el aborto clínicamente asistido en los casos de violencia sexual, estupro, incesto, y cuando llevar adelante el embarazo comprometería la salud mental y física de la mujer o del feto”.

Según la enseñanza de la Iglesia, el aborto es contrario a la voluntad de Dios. Además este artículo está en contradicción con los derechos humanos y con el derecho a la vida. Banaliza la seriedad del crimen del aborto y minusvalora el papel de la maternidad. La Iglesia condena esta postura sobre el aborto, proclamando que por valor y dignidad la vida humana debe ser protegida desde la concepción hasta la muerte
natural.

Los Padres sinodales invitan a la Iglesia en África y en sus Islas a dedicarse a usar los medios y las estructuras necesarias para acompañar a las mujeres y parejas tentadas de abortar. Además alaban el valor de los gobiernos que combaten el aborto en sus legislaciones.

[Traducido del italiano por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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