CIUDAD DEL VATICANO, martes 26 de enero de 2010 (ZENIT.org).- El fenómeno de las migraciones, el diálogo interreligioso y la aceptación de miles de ex anglicanos en el seno de la fe católica son algunos de los desafíos que enfrenta actualmente la Iglesia en Inglaterra
Los obispos de este país llegaron ayer a Roma para realizar la visita Ad limina apostolorum, que realizan los prelados de las diócesis de cada país cada cinco años, para presentar al Santo Padre, así como a los jefes de los diferentes dicasterios, un balance sobre la situación de la Iglesia en este país y los futuros proyectos pastorales.
Minoría floreciente
Los católicos en Inglaterra representan el 18% de la población total. Luego del cisma anglicano ocurrido en 1534 y tras varios siglos de receso de la Iglesia en este país, llegó una nueva primavera para la fe católica con la influencia del cardenal John Henry Newmann, quien será beatificado este año.
Igualmente la creciente inmigración irlandesa influyó para el crecimiento del catolicismo en este país. Hoy Inglaterra cuenta con un total de 22 diócesis y dentro de ellas otras cinco arquidiócesis metropolitanas. A ellas se les agrega también el ordinariato militar. Estas diócesis fueron restablecidas en el siglo XIX, mientras que las diócesis creadas antes de 1534 pasaron a ser anglicanas.
Hoy, la Iglesia en Inglaterra enfrenta varios desafíos: De acuerdo con un sondeo realizado por St. Jons College publicado el 29 de junio de 2009 sólo el 10 % de los encuestados aseguró conocer los principales personajes de la Biblia y comprender su relevancia.
El 60 %, por ejemplo, no conocía la parábola del Buen Samaritano ni figuras como Abraham o José.
¿Cómo evangelizar en una sociedad que ignora cada vez más lo sagrado? El reto es ser, como dice el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, “comunidad de comunidades”, es decir, pequeños grupos de creyentes que actúan al interior de la sociedad.
A pesar de ser una minoría, el catolicismo goza de un reconocimiento debido a su fuerte connotación ética dentro de una sociedad fuertemente secularizada y que se concretiza en acciones como la que realiza la Cáritas – Social que brinda ayuda a los países del tercer mundo.
La Iglesia tiene también una fuerte presencia en el campo educativo, más de 2.000 colegios de alta calidad, aunque en este último tiempo algunos han sido acusados, por parte de los medios de comunicación, de “discriminar” a quienes no forman parte de esta religión.
El catolicismo en Inglaterra enfrenta, como en la mayoría de sociedades desarrolladas, el ocaso de la dimensión religiosa y de su presencia en el tejido social. Tal y como reveló el cardenal Cormac Murphy-O’Connor en un artículo publicado en Daily Telegraph el 6 de diciembre de 2008: “la secularización ha llevado a una sociedad hostil al cristianismo y en el que la fe religiosa en general es vista como una excentricidad privada”.
Sin embargo, monseñor Vincent Nichols, presidente della Conferenza episcopal de Inglaterra y Gales, aseguró que “la fe religiosa nos ayuda a vivir en esta incertidumbre, porque nos da una apertura a lo trascendental y la conciencia plena de que nosotros no podemos conocer ni controlarlo todo”.
De otro lado la educación es uno de los ámbitos en los que la presencia de la Iglesia en Inglaterra se vuelve más significativa: las escuelas son muy apreciadas por familias no católicas por la enseñanza de valores éticos y la educación integral.
Son colegios donde se vive la diversidad tanto desde el punto étnico como social: “las estadísticas demuestran también que las iniciativas tomadas en las escuelas católicas contribuyen positivamente a una correcta visión de la cohesión social”, agrega monseñor Nichols.
Diversidad de culturas
En los últimos años Inglaterra se ha convertido en un país cada vez más multicultural, debido a las crecientes migraciones provenientes de América Latina, Filipinas y el centro de la Unión Europea.
Esto permite que la vida de fe sea cada vez más fuerte en las grandes ciudades que en zonas rurales.
“La mayor parte de las parroquias” dice monseñor Nichols, en declaradiones recogidas por Radio Vaticano, “han logrado construir una sustancial unidad favorecida por una fe común en Cristo y por una identidad compartida en la Iglesia Católica”.
Y asegura que los católicos inmigrantes “traen nueva vida y vigor al nuestro catolicismo inglés”.
No obstante, este fenómeno presenta también dificultades con quienes están aferrados a ciertos ritos litúrgicos propios de su país: “pero en la mayor parte los casos la situación se ha sabido llevar bastante bien y estamos encontrando un equilibrio entre la integración en una única comunidad litúrgica y el reconocimiento de la propia necesidad espiritual de los fieles de expresar la fe en su lengua materna”, dice monseñor Nichols.
Crecimiento del Islam
Pero no sólo los católicos han crecido con el fenómeno migratorio en ester país. También los musulmanes, en sus diversas ramas, aumentan cada vez más.
Monseñor Nichols asegura que esta cuestión se hace cada vez más delicada debido a la percepción, no pocas veces distorsionada, que tiene la opinión pública hacia el islamismo, cuya visión se concentra en las franjas más radicales de esta religión.
“Creo que la comunidad islámica de este país ha trabajado duramente para dar espacio a las voces más moderadas, que son la mayoría, y creo que es importante ayudarlos en esto”, asegura el prelado.
El prelado señala también que el diálogo con las comunidades islámicas se ve no pocas veces limitado por la falta de una autoridad que los guíe.
La Conferencia Epsicopal ha visto por ello la necesidad de trabajar en un documento sobre el diálogo interreligioso, el cual, indica monseñor Nichols será publicado muy pronto y “dará una guía y un aliento a las comunidades católicas inglesas, para que se comprometan positivamente y en modo inteligente a todos los niveles en el diálogo interreligioso”.
Anglicanos
En diversas etapas de la historia, tanto católicos como anglicanos se han comprometido en superar las divisiones que ha dejado el cisma anglicano: en las parroquias se ve generalmente a católicos y anglicanos trabajando juntos en temas como la pobreza, el asilo y la exclusión social.
Sin embargo, en 1994 este diálogo se vio obstaculizado cuando la Iglesia Anglicana concedió la ordenación sacerdotal a las mujeres, y luego, en 2008, cuando concedió la ordenación episcopal femenina. También la ordenación de un obispo abiertamente homosexual en 2003 ha dificultado este acercamiento.
Ambos credos están viviendo una nueva fase de acercamiento con la aprobación de la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, que acepta la acogida de sacerdotes, obispos anglicanos y abre un nuevo camino en la relación con la Iglesia.
Con respecto a este tema, monseñor Nichols aseguró que la Iglesia en Ingraterra se encuentra en una fase de “asimilación y reflexión en la oración”.
“El arzobispo anglicano de Canterbury y yo hemos dicho que este paso de la Santa Sede acabará con un período de incertidumbres”, afirma monseñor Nichols. “Creo que ha sido una contribución positiva a un diálgo más vasto entre la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana, y que se verá reflejada también en este país”, indicó.
[Por Carmen Elena Villa]