SANTIAGO, martes, 20 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Los criterios para enfrentar como Iglesia en Chile los casos de abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes, y las lecciones que deja el terremoto a la sociedad chilena, son algunos de los aspectos contenidos en el Mensaje de los Obispos al concluir su reciente Asamblea Plenaria, dado a conocer este martes por el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic.
En esta ocasión, los pastores entregaron al término de su 99ª Asamblea Plenaria, un Mensaje a las Comunidades, que será distribuido para su conocimiento y reflexión a los agentes evangelizadores, comunidades y fieles en las diócesis, movimientos, establecimientos educativos y demás instituciones de la Iglesia; y también un Mensaje a la Opinión Pública, que es una síntesis periodística del anterior y que Mons. Goic dio a conocer este martes en conferencia de prensa, en Santiago.
En su reunión, celebrada entre el 12 y el 16 de abril en Punta de Tralca, los pastores agradecieron al Santo Padre Benedicto XVI sus muestras de afecto y cercanía hacia la Iglesia y al pueblo chileno, especialmente su oración y palabras de consuelo tras el terremoto y maremoto; y su precioso regalo, la imagen de la Virgen del Carmen Misionera, que ha empezado a peregrinar por el país llevando el Evangelio de Chile.
Los pastores expresaron que la catástrofe que vivió el país el pasado 27 de febrero ha marcado dolorosamente la vida de muchas personas, familias y comunidades eclesiales. «Esta tragedia nos ha puesto como frente al espejo de lo que realmente somos: con nuestras virtudes y debilidades. Así como ha expresado valores profundos de nuestra identidad como país, también plantea preguntas sobre la forma en que nos relacionamos como familia, como vecinos, como comunidad. Es el momento de hacer un análisis sereno y profundo de las causas de estos hechos», sostienen.
Hacer de Chile una mesa para todos
Plantean que la situación de las zonas más dañadas por el terremoto exige la necesidad de abordar definitivamente la deuda social pendiente, las escandalosas desigualdades y la falta de mejores oportunidades para los jóvenes más vulnerables. También invitan a que cada día más colegios católicos se sigan sumando a la iniciativa de facilitar sus dependencias a los establecimientos dañados.
Los obispos invitan a las nuevas autoridades a hacer de sus importantes responsabilidades un servicio, a poner siempre a las personas en el centro de las políticas públicas y a cuidar, de un modo preferente, a los más pobres y vulnerables, a los grupos más desprotegidos de la población, así como a la clase media constantemente golpeada en tiempos de crisis.
A la actual oposición y a todos los sectores políticos, les invitan, en tanto, a buscar con respeto los mejores caminos para hacer realidad los sueños de Chile, acompañando a las nuevas generaciones en sus búsquedas y posponiendo el bien propio ante el bien común de la sociedad.
Indulto: clemencia, solidaridad, misericordia
Los Obispos propusieron para este Año Bicentenario un indulto jubilar «que beneficie a presos que han cumplido gran parte de sus condenas, han demostrado una buena conducta en los recintos carcelarios, particularmente a quienes se encuentran gravemente enfermos, tienen avanzada edad o se hallan en otra situación de vulnerabilidad». En las próximas semanas concluirán la elaboración de una propuesta sobre esta materia. Afirman que «no hay mejor gesto de un pueblo que celebra unido, que incorporar a los que están marginados, manifestando clemencia, solidaridad y misericordia».
Abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes
Sobre este complejo y delicado tema, los obispos expresaron su adhesión al Papa Benedicto XVI, ante las «injustas y falsas acusaciones que ha recibido» y agradecieron sus claras orientaciones sobre la materia.
«Los obispos hemos meditado acerca del modo en que hemos enfrentado, como pastores y como Iglesia, los casos que se han denunciado en nuestro país. También hemos analizado la forma en que estos delitos nos desafían a valorar más aún la fidelidad de los presbíteros y consagrados a su misión apostólica, los procesos de discernimiento vocacional, de admisión a los seminarios y de acompañamiento espiritual a los sacerdotes. En esta reunión hemos actualizado nuestra manera de aplicar la normativa canónica que nos obliga a actuar con rigor frente a eventuales denuncias, aplicación que habíamos establecido ya en mayo de 2003», señala el Mensaje de los pastores a la Opinión Pública.
Y agrega textualmente: «No hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de menores, y no hay pretexto alguno que pueda justificar este delito. A las personas directamente afectadas y a las comunidades que en Chile han visto en algún sacerdote motivo de escándalo, les pedimos perdón, y les exhortamos a comunicarnos estos hechos. Es total nuestro compromiso de velar incesantemente porque estos gravísimos delitos no se repitan».
Concluye el Mensaje abogando porque estos hechos tan dolorosos no impidan valorar con inmensa gratitud lo que el Espíritu Santo despierta en nuestro país y en nuestra Iglesia: «una verdadera primavera de solidaridad y fraternidad y una gran esperanza basada en el encuentro con Jesucristo vivo, que nos transforma en sus discípulos y misioneros». A la Virgen del Carmen Misionera, bajo su amoroso manto de Madre, nuestros Obispos confían nuestro consuelo, la reparación de nuestras fuerzas y la petición junto a nosotros de los dones del Espíritu de comunión y santidad, que hace nuevas todas las cosas.
—Texto completo del Mensaje de los Obispos a la Opinión Pública
—Texto completo del Mensaje de los Obispos a las Comunidades