COLIMA, miércoles 28 de abril de 2010 (ZENIT.org - El Observador).- El obispo de la diócesis de Colima, monseñor José Luis Amezcua Melgoza, pidió perdón a todos aquellos que se han sentido ofendidos con la conducta de algunos sacerdotes, pero a la vez dio gracias a Dios por que la mayor parte de los presbíteros han cumplido con su encomienda.

En un comunicado que se publica en la página electrónica de la diócesis de Colima, el obispo de esta diócesis del occidente mexicano manifestó que la Iglesia debe decir la verdad y aceptar que el pecado existe entre sus miembros, pero también condenó las verdades a medias que se han dicho en torno a las acusaciones de abuso sexual cometido presuntamente por sacerdotes.

Monseñor Amezcua Melgoza manifestó que es conocido que entre los más de 400 mil sacerdotes que hay en la iglesia católica, "es pequeñísimo el número de los que han fallado y que, por asociación, muchos aparecen tachados culpables (…) es inmensamente mayor el número de sacerdotes y religiosos que permanecen en fidelidad a Dios".

En la carta que se publica en la página de la diócesis de Colima, y que fue leída por el propio obispo el domingo pasado, se fija la postura en torno al padre Audón Serratos, que es vicario de la iglesia del Señor de la Misericordia en Villa de Álvarez, y que la semana pasada fue acusado por la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP por sus siglas en inglés) de presunto abuso sexual a una menor de 15 años.

En este sentido, Amezcua Melgoza afirmó que la pederastia se da entre un varón adulto y un niño, y sostuvo que el caso del cura Audón Serratos terminó en juicio absolutorio en la Unión americana desde hace siete años, “y desde entonces continúa su ministerio en la lucha por la fidelidad. Los muchos, sacerdotes y fieles laicos, que dan testimonio fiel no son noticia ni hacen crecer capitales”, dijo el purpurado mexicano.

Agregó que cuando algún miembro de la Iglesia católica comete un error, éste se señala y se magnifica con saña, y sostuvo que es evidente que la tormenta de acusaciones contra la Iglesia católica “denota una campaña cierta contra ella misma. Todos los días lo vemos en los medios de comunicación, y se señala y magnifica con saña cualquier error. El creyente, seguidor de Jesucristo, busca discernir y acepta la verdad objetiva, no la que otros le fabrican”.

Más adelante, en su escrito, el titular de la diócesis de Colima establece que el problema de la pederastia no afecta únicamente a la Iglesia, "sino que lo padece toda la sociedad y debe enfrentarse con sinceridad y eficacia".

“Para ello necesitamos valentía, perseverancia y oración. Sabemos que es necesario actuar con urgencia buscando las medidas adecuadas en la formación de los candidatos al sacerdocio, en las familias, en el trabajo; reconocemos que es necesario responder ante Dios y ante los tribunales debidamente constituidos cuando sea necesario”.

Así también, monseñor Amezcua Melgoza argumentó que el sacerdote o religioso que no cumple sus votos “viola la santidad del sacramento de Orden, en el que Cristo mismo se hace presente en nosotros, en nuestras acciones y en el daño enorme que se hace a la iglesia y a la percepción pública del sacerdocio y de la vida religiosa”.