CIUDAD DEL VATICANO, lunes 31 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha manifestado preocupación y dolor por las personas que han fallecido (9 según Israel, 19 según medios de información árabes) en el ataque del ejército israelí contra la "Flota de la Libertad", un grupo de seis barcos que transporta a más de 750 personas con ayuda para Gaza.

"Se trata de un hecho muy doloroso, en particular por la pérdida inútil de vidas humanas", explicó a los periodistas el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede. 

"En el Vaticano se sigue la situación con gran atención y preocupación. Como es sabido, la Santa Sede siempre está en contra del uso de la violencia, venga de donde venga, pues hace cada vez más difícil la búsqueda de soluciones pacíficas, que son las únicas de largo alcance", añadió el portavoz vaticano.

Según el padre Lombardi, el Papa, que del 4 al 6 de junio visitará Oriente Medio, la isla de Chipre, "no dejará de proponer con constancia su mensaje de paz". 

Por su parte, el párroco católico de Gaza, el padre Jorge Hernández, en declaraciones a "Radio Vaticano" considera que "evidentemente ha sido un crimen que podía evitarse. No era necesario llegar a tanto, pues había medios para actuar de manera pacífica".

"Esto provoca muchos problemas. La reacción del pueblo palestino, aquí, en Gaza, que es rabiosa. Esta es la atmósfera que se respira en Gaza: una atmósfera de venganza por lo que ha sucedido". 

El misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado tiene miedo de que este ataque pueda convertirse en una chispa de violencia en Gaza, con la acostumbrada reacción posterior de Israel.

"Ya lo sabemos: la violencia llama a la violencia. Creo que evidentemente esto traerá consecuencias", asegura.

Para el párroco la situación humanitaria en Gaza es grave: "La falta de todo producto hace que los precios se suban por las nubes. Las medicinas y otros bienes de primera necesidad cuestan muchísimo. Quisiera decir también que la situación empeora día tras día". 

El mensaje que lanza el párroco desde su pequeña iglesia en Gaza es éste: "No se alcanza la paz con la violencia. ¡Este no es el camino adecuado!".