MANAGUA, viernes 30 de abril de 2010 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Nicaragua ha hecho público un mensaje en el que reflexiona a la luz de la fe sobre “el momento histórico tan delicado que vive nuestra patria” y denuncia una grave “crisis jurídico-institucional”.

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, hicieron público el 23 de abril un mensaje en el que desan ofrecer “algunas reflexiones a la luz de la fe sobre el momento histórico tan delicado que vive nuestra patria”, siendo conscientes “que no es cometido inmediato de la Iglesia la construcción de un orden social justo, ni tampoco es tarea suya el que ella misma haga valer políticamente sus convicciones de fe, pues ella no puede ni debe sustituir al Estado”. Sin embargo, aseguran “como testigos y servidores del Reino de Dios, no podemos ni debemos quedarnos al margen de la historia en la búsqueda y la construcción de una sociedad más justa y más pacífica”

Los obispos se muestran preocupados por dos constataciones: algunos actos de agresión a la Constitución y de irrespeto a la institucionalidad del país, por una parte, y los recientes actos de violencia.

En lo que califican de “crisis jurídico-institucional del país”, los obispos se muestran hondamente precupados por “la inconstitucionalidad e ilegalidad en las que han caído algunas de nuestras instituciones democráticas”.

“Las instituciones – subrayan – no deben ser instrumentos en manos de quien gobierna para transformar sus abusos y ambiciones de poder en formas y actuaciones legalmente justificadas”.

Recuerdan que la Constitución “establece claramente la independencia y separación de los poderes del Estado”. Por eso, exhortan “a cada uno de los poderes del Estado a respetar la Constitución Política, a ejercer el poder en el ámbito de su exclusiva competencia, a actuar conducidos por los más altos valores éticos de la justicia y la convivencia social y a no dejar que las ambiciones de poder de individuos o de grupos se impongan por encima de la ley”.

Como parte de la crisis institucional que vive el país, los obispos ven “con dolor también el hecho de que muchos hermanos y hermanas nicaragüenses que trabajan en instituciones estatales, en ocasiones son obligados a participar en actividades partidarias contrarias a sus principios de conciencia, lo cual deben aceptar para poder conservar sus puestos de trabajo”.

En referencia a los ataques perpetrados la semana pasada por turbas aparentemente de partidarios del Gobierno contra la oposición, los obispos ven “como un signo de grave descomposición social el reaparecer de grupos violentos en las calles, y lo que es más grave todavía es que sean tolerados y aprobados por quienes deberían ser los primeros en rechazarlos y condenarlos”.

Hacen un llamamiento “a la conciencia de los nicaragüenses, sobre todo de los jóvenes, para que no se dejen arrastrar ciegamente por manipulaciones de líderes irresponsables que incitan a la violencia” y exhortan también a “ciertos miembros del partido de gobierno para que dejen de utilizar estos medios violentos que tienen como fin intimidar y presionar políticamente, pues lo único que se logra con ello es aumentar aún más la tensión social, promover la irracionalidad y poner  en riesgo la dignidad y la vida de las personas”.

En su mensaje, los obispos apuestan por la concertación social dado que, afirman, “el momento crítico que se vive en el país solamente es superable a partir de diálogos transparentes y confiables entre el Gobierno, los Partidos Políticos y la Sociedad Civil, que lleven a un entendimiento entre los distintos sectores de la sociedad y que cristalicen en un auténtico consenso democrático y un nuevo pacto social, que asegure estabilidad política y jurídica al país y que afronte los grandes problemas sociales y económicos que golpean a la población”.

“Lo que sería inaceptable en este momento –añaden- es intentar resolver esta crisis conspirando a espaldas del pueblo, a través de pactos de cúpulas que buscan sólo sus propios intereses y la repartición de cuotas de poder, o con medios violentos para intimidar y forzar a pactar”.

“Es necesario un acuerdo social en el que se expliciten puntos específicos de consenso nacional y en el que se articulen armónicamente las diferencias entre las diversas fuerzas sociales”, subrayan.

“No podemos ignorar que la situación del país es compleja y delicada –añaden--. Se ha creado, en efecto, un escenario político, jurídico y social, que exige de parte de todos actitudes tolerantes y pacíficas, capacidad de diálogo y firme voluntad de poner por encima de todo los intereses de la nación por lo que hacen, con el apóstol san Pablo, una invitación “a ir más allá de los instintos irracionales y egoístas para vivir en la auténtica libertad, que sólo se da cuando vivimos en el amor y el respeto recíprocos, que son la plenitud de toda ley humana o religiosa”.

Por último, los obispos disponen que durante el próximo mes de mayo, “que la piedad católica dedica tradicionalmente a la veneración de la Virgen María, Madre del Señor, se organicen en todas las parroquias del país, jornadas de oración comunitaria, en las que se rece el rosario delante de Jesús Sacramentado, invocando el don de la paz para nuestra nación”.

Y concluyen afirmando que sólo les mueve “la búsqueda del bien de Nicaragua y de todos los nicaragüenses” y reafirmando su “compromiso pastoral de colaborar generosamente para que todos podamos construir un país más humano y solidario, más desarrollado y democrático”.

Por Nieves San Martín