BARCELONA, martes 15 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña está investigando a una clínica de Barcelona donde un psiquiatra trata a personas homosexuales que buscan cambiar su situación.
El Departamento de Salud ha abierto un expediente informativo a Policlínica Tibidabo de Barcelona, informó a ZENIT su oficina de prensa este martes.
La investigación se ha iniciado "de oficio porque nos llegó una sospecha y no sabemos si se sancionará al centro o no, ni en qué medida", explicó una portavoz.
Respecto a las causas de la investigación, la consejera de Salud, Marina Geli declaró este lunes que "la homosexualidad no es ninguna enfermedad, y la orientación sexual diversa es un derecho de libertad legislado en nuestro país".
"No tiene ninguna justificación tratarla como si así lo fuera -afirmó-. Por tanto, actuaremos en consecuencia tras este expediente".
Por su parte, el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, David Elvira, declaró a El Periódico de Cataluña que "incluir el tratamiento médico de la homosexualidad como una actuación sanitaria puede ser considerado una mala praxis".
La clínica afirma actuar con un "riguroso cuidado de la praxis médica" en su web, en la que informa de sus servicios, entre ellos la planificación familiar natural.
Sin base jurídica
Por otra parte, la consejera anunció que se investigarán otros centros psiquiátricos que traten de esta manera la homosexualidad, y destacó la necesidad de abrir un debate entre los profesionales.
El coordinador de la cátedra Gift & Task de Bioética y Derecho de la Universidad Abat Oliba- CEU, Pablo Nuevo López, cuestionó la base jurídica de esta actuación contra Policlínica Tibidabo.
Según el jurista, no hay normas para considerar ilegales estas terapias y la actuación del gobierno catalán afecta a una triple libertad: la de los pacientes, la de los médicos y la de la clínica.
"Los pacientes quieren ese tratamiento, son personas que se dirigen voluntariamente a la clínica, a unos doctores en concreto para un tratamiento en concreto; no es que vayan con un problema distinto y el médico les engañe, que eso sí sería reprobable", explicó.
Además, "los médicos deben ejercer la medicina según su criterio y las instituciones médicas tienen libertad para ofrecer servicios a la sociedad de acuerdo a una manera concreta de entender la profesión médica".
En opinión de Nuevo, decir que la homosexualidad es una enfermedad tampoco puede ser ilegal, ya que la libertad de expresión garantiza que la mera opinión sobre el carácter bueno o malo de algo, sin incitación al odio ni al comportamiento agresivo contra personas, no puede ser objeto de sanción.
El experto también destacó que no hay unanimidad de criterios en la comunidad científica sobre el carácter del comportamiento homosexual.
"Unos dicen que es una opción voluntaria, otros que está predeterminada por la naturaleza del sujeto, otros que se relaciona con experiencias en la infancia,...", dijo.
"En todo caso -añadió-, no puede haber en nuestro sistema una ciencia oficial, porque lo prohíbe el artículo 20 de la Constitución, que garantiza la libertad de investigación científica".
En este sentido, según Nuevo, "los psiquiatras que investigan sobre enfermedades mentales pueden establecer hipótesis sobre el origen del comportamento homosexual y catalogarlo, que después la comunidad científica avalará o no".
"Sin embargo -añadió-, el poder público no puede decidir previamente si hay algunas teorías científicas que no se pueden someter a discusión; eso es incompatible con nuestro sistema".
"Carga ideológica"
Por otra parte, la consejera Geli también declaró que "no existe evidencia científica que sostenga que la homosexualidad deba ser tratada como una enfermedad, al margen de ideologías personales".
Precisamente, a la ideología atribuyó la investigación a la clínica, el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC), Josep Maria Simon.
"Abren un expediente a una clínica por carga ideológica, porque tanto el Gobierno de España como el de Cataluña están perdiendo popularidad -declaró-. ¿Por qué no cierran los centros de brujería y de hierbas y fármacos no basados en la evidencia científica?".
El representante de los médicos católicos del mundo afirmó que "si una persona está muy mal con su condición, está claro que puede ir a una terapia, igual que un ludópata puede asistir a una terapia aunque la ludopatía sea algo legal".
"Si alguien libremente se quiere someter a terapias o consultas, esto no es expedientable de ninguna manera, si le trata una persona con atención, diligencia, conocimientos y medios", añadió.
Simon explicó que, aunque la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades, todavía está catalogada como tal si crea un problema a la persona.
También destacó que la eliminación de la homosexualidad de esta lista, que tiene mucha influencia en la Organización Mundial de la Salud, se realizó bajo presión de determinados grupos de presión.
El Diagnostic and Statistical Manual IV (APA 199450) de la Asociación Psiquiátrica Americana ha definido la Desordenada Identidad de Género (GID) en niños como una fuerte y persistente identificación con el género opuesto, insatisfacción con el propio sexo, y preferencia por papeles del sexo opuesto en juegos o fantasías.
Simon defendió el derecho de los médicos a "expresar su opinión sobre la homosexualidad respetando a la persona que tiene un problema".
No es innato
Sobre la homosexualidad desde el punto de vista médico, la FIAMC ha aceptado como propio el estudio Homosexualidad y esperanza, de la Asociación Médica Católica de los Estados Unidos.
Este documento aporta pruebas sobre la base científica de las terapias que tratan la homosexualidad, que no considera algo innato, y explica que puede prevenirse y tratarse.
"Los trabajos citados en este informe contradicen el mito de que la atracción homosexual sea genéticamente predeterminada y que no se pueda cambiar, y ofrecen esperanzas para la prevención y el tratamiento", indica el estudio.
En este sentido señala, entre otras cosas, que "la historia de casos con frecuencia revela factores del medio ambiente que explican el desarrollo de distintos modelos de atracción sexual en niños genéticamente idénticos, lo que apoya la teoría de que la atracción homosexual es el producto de la interacción de una variedad de factores ambientales".
El documento denuncia los "intentos frecuentes de convencer al público de que la atracción homosexual tiene base genética".
Y destaca que "tales esfuerzos pueden ser motivados por política, porque la gente tiende a responder más positivamente a exigencias de cambio en política o en doctrina religiosa cuando está convencida de que la atracción sexual es genéticamente determinada e inmutable".
Homosexuales católicos
La asociación de médicos católicos de los Estados Unidos explica en ese documento que "los católicos creen que la sexualidad fue estructurada por Dios como un signo del amor de Cristo, el novio, a su novia, la Iglesia, y por consiguiente, la actividad sexual es adecuada solamente dentro del matrimonio".
"Un desarrollo psico-sexual saludable lleva naturalmente a la atracción de personas por el sexo opuesto -destaca-. Traumatismos, errores educacionales y el pecado pueden causar una desviación de esta conducta".
"Para algunos, experiencias negativas en la niñez pueden ser contrarrestadas por interacciones positivas -añade-. Algunos hacen una decisión consciente de evitar las tentaciones".
Y afirma que "la presencia y el poder de la gracia de Dios, si bien no pueden ser medidos en todos los casos, no pueden ser ignorados como factor que puede ayudar a los sujetos en riesgo para evitar la atracción homoerótica".
"Si bien cualquier intento de enseñar lo pecaminoso que es la conducta homosexual ilícita puede ser recibido con acusaciones de 'homofobia', la realidad es que Cristo llama a todos a la castidad, de acuerdo a la condición de vida de cada uno", añade.
El estudio recuerda que varios terapeutas han publicado numerosos trabajos sobre resultados favorables en el tratamiento del homoerotismo.
Y también que "hay también muchos informes autobiográficos de hombres y mujeres que creyeron alguna vez estar irremisiblemente amarrados con homoeroticismo y conducta homosexual", muchos de los cuales "se describen ahora como libres del homoeroticismo, de las fantasías y la conducta".
"La mayoría de estos individuos encontraron la libertad participando en grupos de apoyo basados en la religión -indica- aunque algunos también han buscado la ayuda de terapeutas".
Finalmente, considera "esencial que todo católico que sienta atracción por el mismo sexo encuentre acceso fácil a grupos de apoyo, terapeutas y directores espirituales que apoyen de manera inequívoca las enseñanzas de la Iglesia y estén preparados para ofrecer ayuda de la más alta calidad".
Por Patricia Navas