CIUDAD DEL VATICANO, viernes 25 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI hizo un llamamiento hoy a los líderes políticos de todo el mundo, y especialmente en Oriente Medio, para que garanticen la librtad religiosa.

Lo hizo con ocasión de la audiencia concedida esta mañana a los participantes en la LXXIII Asamblea de la Reunión para la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO).

Este organismo, que preside el cardenal Leonardo Sandri, depende de la Congregación para las Iglesias Orientales, y reúne y canaliza las ayudas a los católicos de Oriente Medio, procedentes de agencias humanitarias católicas de Occidente.

El Papa, se dirigió a los presentes augurando que los líderes de las naciones “garanticen de manera real, y en todas partes, sin distinción, la profesión pública y comunitaria de las creencias religiosas de cada uno”.

“Todos deseamos a la Tierra Santa, Iraq y Oriente Medio, el don de una paz estable y una convivencia sólida. Estos nacen del respeto de los derechos humanos, de las familias, comunidades y pueblos, y de la superación de la discriminación religiosa, cultural o social”.

Perseverar

Dirigiendose a los participantes en la asamblea de la ROACO, el Papa les pidió que contribuyan “a mantener viva la esperanza que no defrauda".

“En el 'pequeño rebaño' que éstos componen ya está operante el futuro de Dios, y la 'vía estrecha' que están recorriendo está descrita por el Evangelio como 'camino a la vida'”, añadió.

El Papa exhortó también a “los hermanos y hermanas que, en Oriente, comparten el don inestimable del bautismo, a perseverar en la fe, y, a pesar de los muchos sacrificios, a permanecer donde nacieron”.

También solicitó a los orientales migrantes en otros países “que no se olviden de sus orígenes, sobre todo religiosos”.

Y quiso también rendir “un homenaje especial a los cristianos que sufren violencia por causa del Evangelio”.

Año Sacerdotal

El Obispo de Roma expresó también su satisfacción por el “celo con que las Iglesias orientales católicas han colaborado en la concreción de los objetivos del Año sacerdotal”, gracias también a la colaboración de la ROACO.

“No habéis considerado sólo la formación de los candidatos a las órdenes sagradas, que es una prioridad constante, sino también las exigencias del clero activo en la pastoral, como, por ejemplo, una puesta al día espiritual y cultural y ayudas a los sacerdotes, sobre todo en la fase difícil, pero al mismo tiempo fecunda, de la enfermedad y de la vejez”.

Recordando que en el mundo antiguo, Oriente era sede de grandes escuelas de espiritualidad sacerdotal, el Papa auguró que los presbíteros actuales “puedan ser eco de aquella herencia espiritual”.

“Cuando los sacerdotes, en su servicio, son guiados por motivos verdaderamente espirituales, entonces también los laicos son reforzados en su compromiso de ocuparse de las cosas temporales según su propia vocación cristiana”, añadió.

Sínodo

El Papa se detuvo también sobre el próximo Sínodo Especial para Oriente, que se celebrará en Roma el próximo octubre, asegurando que incluso antes de celebrarse “ya está produciendo los frutos beneficiosos de la comunión y del testimonio”.

También la ROACO, al término del encuentro, hizo público un comunicado en el que afirma que ha habido una “atenta acogida” del Instrumentum Laboris en las comunidades medio orientales, lo que considera que supone un buen augurio de cara a los frutos de los trabajos sinodales.

Se espera que el Sínodo dé orientaciones válidas a la Iglesia Universal de cara a confirmar su solidaridad con los cristianos de los Santos Lugares.