Solidaridad de la Iglesia en América Latina y el Caribe con Haití

Declaración de los presidentes de las conferencias episcopales

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BOGOTÁ, sábado, 24 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración final del encuentro de obispos presidentes de Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe, en la que se ratifica la solidaridad con Haití, después del terremoto que azotó esta región, el 12 de enero de 2010, y se consolida la ayuda solidaria, material, espiritual y humanitaria para con los hermanos de ese país.

 

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Los presidentes de las Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe convocados, a solicitud de la Conferencia Episcopal de Haití, por la Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se han reunido en Bogotá con el Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, monseñor Louis Kébreau, Arzobispo de Cap-Haitien. 

El terremoto del 12 de enero de 2010, no sólo ha movido físicamente la tierra. No sólo ha sido causa de dolor y daño para personas concretas. Ha sido también una llamada de atención para la misma Iglesia en Haití y, desde ella, para la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe. 

Pasados 6 meses en que los hermanos de Haití han recibido apoyo de muchos países y de la Iglesia en América Latina, que ha permitido atender las primeras y más urgentes necesidades, hemos conversado sobre una indispensable segunda etapa. No podemos olvidar a este país hermano, a quien una vez más manifestamos nuestra cercanía y solidaridad. Hemos de mirar con ellos hacia delante.

Es el momento de actuar y proyectar el futuro inmediato. Un camino sereno apoyado en la fe en Jesucristo, Señor de la historia, con la esperanza de la comunión en la caridad de las distintas Conferencias Episcopales. En este espíritu hemos asumido las propuestas expuestas por Monseñor Louis Kébreau en nombre de la Iglesia en Haití, enriquecidas por el diálogo fraterno con los Presidentes de las CCEE presentes en la Reunión. 

El CELAM será el interlocutor privilegiado para las CCEE en orden a mantener la continuidad de este diálogo y la puesta en práctica de las siguientes iniciativas: 

1.      Transmitir la información oportuna y actualizada para continuar la promoción de ayuda humanitaria.

2.      Facilitar oportunidades para la formación de agentes: presbíteros, seminaristas y laicos. Sabemos que ellos están viviendo las limitaciones que el momento exige respondiendo en la fe a su vocación.

3.      Otorgar becas para seminaristas y para la formación permanente de sacerdotes.

4.      Priorizar algunas intervenciones más urgentes y prever los recursos necesarios para la construcción de los seminarios, templos, centros de salud y centros de formación para laicos que los capacite para el liderazgo en el compromiso social de los católicos. 

Reconocemos que la Iglesia que peregrina en Haití nos anima a caminar con esperanza para descubrir en este acontecimiento dramático y desafiante el plan de Dios, y crecer como Iglesia misionera en comunión.

Bajo el amparo de Nuestra Madre de Guadalupe, Patrona de América, ponemos en sus brazos a todos aquellos que han sido llamados a la Casa del Padre, entre ellos: el Sr. Arzobispo de Puerto Príncipe, Serge Miot, su Vicario General, Mons. Benoit, su Canciller el P. Chery y muchos sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y fieles laicos. A Ella encomendamos así mismo la fecundidad de este encuentro fraterno que hemos vivido.

Bogotá, 23 de julio de 2010

  

 

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ZENIT Staff

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