CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha acogido con «profunda preocupación» la propuesta de una comunidad evangélica de los Estados Unidos de un «Día de Quema del Corán», con motivo del 11 de septiembre, aniversario de los trágicos atentados terroristas que en el año 2001 provocaron numerosas víctimas inocentes e inocentes daños materiales.
Un comunicado difundido por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso afirma que «esos lamentables actos de violencia no se pueden remediar oponiendo un gesto de grave ultraje al libro considerado como sagrado por una comunidad religiosa».
«Cada religión, con los respectivos libros sagrados, lugares de culto y símbolos tiene derecho al respeto y a la protección: se trata del respeto debido a la dignidad de las personas que adhieren a ella y de sus decisiones libres en materia religiosa», indica el dicastero vaticano presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran.
«La necesaria reflexión que todos deben hacer en recuerdo del 11 de septiembre –sigue diciendo el comunicado del Consejo Pontificio– renueva, ante todo, nuestros sentimientos de profunda solidaridad con todos los que fueron golpeados por los horrendos ataques terroristas. A estos sentimientos se une nuestra oración por ellos y por los seres queridos de aquellos que perdieron la vida».
«Todos los responsables religiosos y todos los creyentes están llamados también a renovar la firme condena de toda forma de violencia, en particular la realizada en nombre de la religión», recuerda, como han hecho numeroso obispos católicos de los diferentes continentes.
Juan Pablo II, recuerda el comunicado, afirmó en 1999, en Pakistán que «el recurso a la violencia en nombre de una creencia religiosa es una perversión de las enseñanzas mismas de las mayores religiones», mientras que Benedicto XVI ha declarado que «la intolerancia y la violencia no pueden justificarse nunca como respuestas a las ofensas, pues no son compatibles con los sagrados principios de la religión».
Por su parte, representantes de varias religiones en los Estados Unidos, entre quienes se encuentra el arzobispo emérito de Washington, el cardenal Theodore McCarrick, han condenado duramente en una declaración común la propuesta del «Día de Quema del Corán», lanzada por la comunidad evangélica de Florida, denunciando con fuerza lo que han definido como «frenesí anti-musulmán».
«Estos no son los verdaderos Estados Unidos –ha dicho el cardenal McCarrick–, nunca lo ha sido y nunca deberá serlo. Lo que decimos en este documentos es que para nosotros los auténticos Estados Unidos son un lugar donde las religiones son respetadas».