ROMA, viernes 10 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- El viaje de Benedicto XVI al Reino Unido testimoniará «el estrecho vínculo entre la comunidad católica y la anglicana, destacando nuestra común fe y misión».
Lo afirmó el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el arzobispo Kurt Koch, que este jueves 9 de septiembre mantuvo un encuentro con algunos periodistas en la sede de su dicasterio para hablar de la visita del Papa programada para la semana que viene.
Según informó L’Osservatore Romano, el arzobispo Koch explicó que la visita «confirmará los resultados de los intensos contactos entre los católicos y los demás cristianos en el transcurso de los años y servirá para dar a conocer mejor los progresos y las dificultades inherentes a la búsqueda de la unidad».
El prelado suizo destacó la «creciente cordialidad y amistad» en las relaciones entre anglicanos y católicos desde el viaje de Juan Pablo II de 1982, que inauguró la segunda fase del diálogo oficial entre la Comunión anglicana y la Iglesia católica.
Actualmente, dijo monseñor Koch, «muchas comunidades locales viven juntas momentos de oración común y comparten iniciativas prácticas pastorales y caritativas». Además, «se desarrollan con éxito encuentros periódicos entre obispos».
El arzobispo se refirió a la celebración ecuménica en la Abadía de Westminster, programada para el anochecer del 17 de septiembre, que contará con la participación de representantes de muchas otras tradiciones cristianas de Inglaterra, de Escocia y de Gales.
En ella, explicó, «las comunidades cristianas del Reino Unido serán llamadas a trabajar y rezar juntas para garantizar que el mensaje cristiano sea proclamado con convicción, de manera que la fe pueda tener una función creativa en la sociedad británica».
Monseñor Koch destacó después la dimensión ecuménica de la beatificación del cardenal John Henry Newman, que se celebrará el domingo 19 en Birmingham.
Explicó que al final de su Apología, el futuro beato evidenciaba que, en su nación, los católicos debían tener una actitud de «asistencia y apoyo» a los anglicanos, trabajando juntos para anunciar «los principios y la doctrina cristiana».
«Este mensaje es plenamente válido hoy -comentó-, cuando anglicanos y católicos reconocen la necesidad de apoyarse mutuamente y colaborar en el objetivo de proclamar el Evangelio a una sociedad moderna muy compleja».
El ejemplo del cardenal Newman, continuó, «anima a los cristianos de todas las tradiciones a implicarse, con integridad y fidelidad al Evangelio, para construir una sociedad que acoge, apoya y promueve a todos sus miembros».
En un artículo publicado en L’Osservatore Romano, el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo emérito de Westminster, destacó que «la de Newman fue una vida de peregrinación y de fe».
«Todavía hoy entonamos su famoso himno Lead kindly light amidst the encircling gloom (Condúcenos, amable luz, entre las tinieblas que nos rodean, [n.d.t.]).
«Nadie mejor que este Papa podría hablar de este cristiano extraordinario que ha alimentado la vida cristiana en este país, incluso después de su muerte», dijo.
«El cardenal Newman estaba muy interesado en el corazón, en la mente y en el vínculo entre ellas», explicó.
«Era un hombre erudito y no evitó nunca el rigor intelectual -continuó-, pero al mismo tiempo, estaba fascinado por la manera como un ser humano llega a comprender y a amar, en particular a comprender y a amar a Dios».
Y concluyó: «La oración de todos los católicos y de otras personas estarán con y por Benedicto XVI cuando venga a visitarnos».