Cuando se habla de vocación, incluir siempre la laical

Pide el presidente de los obispos brasileños

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INDAIATUBA, lunes 13 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- “Cuando hablamos de vocación, no podemos reducir el tema simplemente a las vocaciones específicas al ministerio ordenado y a la vida consagrada; debemos incluir siempre la vocación laical”.

Lo afirmó el presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), monseñor Geraldo Lyrio Rocha, al concluir el 3º Congreso Vocacional de Brasil, este martes en Itaici (San Paolo).

El encuentro ha reunido durante cinco días a 386 animadores vocacionales del país en torno al tema Discípulos y misioneros al servicio de todas las vocaciones.

Según el arzobispo, en el Bautismo “se encuentra la raíz de todas las vocaciones, y por el Bautismo se habla de la dignidad fundamental de todos los miembros del pueblo de Dios”.

Cuando se habla de vocación, dijo, se habla de “llamada: llamada de Dios a la vida: llamados en Cristo a la santidad y llamados también, en el don del Espíritu, al servicio en la Iglesia y en el mundo”.

“Todas las vocaciones se sitúan en el seno de la Iglesia, y esto vale tanto para el ministerio ordenado y para la vida consagrada en sus diversas formas -como las congregaciones, las órdenes religiosas y los institutos seculares o de laicos consagrados, como para la vocación laical”.

Respecto a la vocación laical, el arzobispo explicó que “los laicos no son los colaboradores de los ministros ordenados, sino al contrario, somos nosotros, ministros ordenados, los que estamos al servicio del laicado, del pueblo santo de Dios”.

“Todos participamos, a través del Bautismo, en el sacerdocio de Jesucristo, que llamamos el ‘sacerdocio común de los fieles’”, dijo.

Y continuó: “Para que este pueblo sacerdotal pueda vivir su sacerdocio, algunos son llamados por Dios a este servicio del ministerio ordenado”.

“Podemos decir, entonces, que el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común de los fieles”, añadió.

Dirigiéndose a los animadores vocacionales, monseñor Lyrio Rocha reconoció que llevar adelante la tarea vocacional es “un gran desafío”.

“Sin embargo, el campo es abierto porque estos jóvenes viven profundamente marcados por los medios de comunicación”, destacó.

Y concluyó: “Esta generación que vive en intimidad con internet tiene un corazón que aspira también a cosas más grandes; tiene sobre todo sed de Dios”.

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ZENIT Staff

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