GLASGOW, jueves 16 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pone en guardia a los jóvenes contra lo que es inútil en la vida, recomendándoles en cambio que sean conscientes de su dignidad como hijos de Dios y vivan en consecuencia.
El Papa hizo este llamamiento sincero a los jóvenes de hoy mientras celebraba una misa al aire libre en una tarde soleada escocés en Bellahouston Park, a unas tres millas del centro de Glasgow.
Multitudes ondeando banderas del Vaticano dieron la bienvenida al Papa desde Edimburgo, y él hizo detener el papamóvil para besar a una niña pequeña. Hubo un momento de recogimiento silencioso de la multitud antes de comenzar la misa.
El Pontífice llegó hoy a Escocia, comenzando así un viaje de cuatro días al Reino Unido, que incluirá un discurso ante representantes de la sociedad británica, y la beatificación del cardenal John Henry Newman.
La homilía del Santo Padre se refirió a temas que van desde el ecumenismo, la evangelización de la cultura, a la necesidad de orar por las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada.
Fue este último tema el que formó parte de su saludo particular a los jóvenes, con el que cerró la homilía.
«Os insto a llevar una vida digna de nuestro Señor y de ustedes mismos», dijo a los «queridos jóvenes católicos de Escocia».
Benedicto XVI reconoció las “muchas tentaciones puestas delante de vosotros todos los días – las drogas, el dinero, el sexo, la pornografía, el alcohol – que el mundo os dice que os traerán la felicidad, pero que son cosas que destruyen y dividen».
«Sólo hay una cosa que perdura», afirmó, «el amor de Jesucristo personalmente para cada uno de vosotros. Buscadle, conocedle y amadle, y él os hará libres de la esclavitud de una existencia deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual”.
«Dejad de lado lo que no es importante y daos cuenta de vuestra propia dignidad como hijos de Dios».
El Pontífice agregó que el Evangelio de la Misa de hoy, marcada por la fiesta de San Ninian, Apóstol de Escocia, incluye la exhortación de Jesús a orar por las vocaciones.
«Rezo para que muchos de vosotros conozcáis y améis a Jesús y, a través de este encuentro, os dediquéis por completo a Dios, especialmente aquellos de vosotros que habéis sido llamados al sacerdocio o a la vida religiosa», dijo Benedicto XVI a los jóvenes.
«¡Éste es el desafío que el Señor os dirige hoy: la Iglesia ahora os pertenece a vosotros!»
Ejemplos luminosos
Anteriormente, el Papa se dirigió de forma particular a los obispos y sacerdotes, animándoles también a rezar por las vocaciones.
Pidió a los obispos que den prioridad a los sacerdotes y su santificación.
«Vivid en plenitud la caridad que brota de Cristo, colaborando con todos ellos, en particular con quienes tienen escaso contacto con sus hermanos en el sacerdocio», les urgió. “Rezad con ellos por las vocaciones, para que el Señor de la mies envíe trabajadores a su mies».
El Papa pidió a los obispos que se comprometan personalmente en la formación de los obispos, y de cuidar también de los diáconos.
“Sed padres y ejemplo de santidad para ellos, animándolos a crecer en conocimiento y sabiduría en el ejercicio de la misión de predicar a la que han sido llamados”, afirmó.
Volviéndose a los sacerdotes, les recordó su llamada a la santidad y a modelar sus vidas a la cruz de Cristo.
“Predicad el evangelio con un corazón puro y con recta conciencia”, añadió. “Dedicaos sólo a Dios y seréis ejemplo luminoso de santidad, de vida sencilla y alegre para los jóvenes: ellos, por su parte, desearán seguramente unirse a vosotros en vuestro solícito servicio al pueblo de Dios”.