CASTEL GANDOLFO, lunes 27 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- “En estos momentos históricos, en los que, con más fuerza si cabe, estamos llamados a evangelizar nuestro mundo, ha de resaltarse la riqueza que nos brinda la peregrinación a los santuarios”.
Lo señala el Papa en su Mensaje al II Congreso Mundial de Pastoral de Peregrinaciones y Santuarios, que se celebra en Santiago de Compostela desde hoy 27 de septiembre hasta el jueves 30 de septiembre bajo el lema Y entró para quedarse con ellos, tomado del pasaje evangélico de los discípulos de Emaús.
Benedicto XVI destaca en primer lugar la “gran capacidad de convocatoria” de los santuarios, que reúnen “a un número creciente de peregrinos y turistas religiosos, algunos de los cuales se encuentran en complicadas situaciones humanas y espirituales, con cierta lejanía respecto a la vivencia de la fe y una débil pertenencia eclesial”.
“A todos ellos se dirige Cristo con amor y esperanza -afirma-. El anhelo de felicidad que anida en el alma alcanza su respuesta en E1, y el dolor humano junto a El tiene un sentido. Con su gracia, las causas mas nobles hallan también su plena realización”.
Orientaciones
El Papa afirma que “como Simeón se encontró con Cristo en el templo (cf. Lc 2,25-35), así también el peregrino ha de tener la oportunidad de descubrir al Señor en el santuario”.
Para que se dé este descubrimiento, el Pontífice ofrece diversas orientaciones. “Se procurará que los visitantes no olviden que los santuarios son ámbitos sagrados, para estar en ellos con devoción, respeto y decoro”, pide.
“De esta forma -explica-, la Palabra de Cristo, el Hijo de Dios vivo, podrá resonar con claridad, proclamándose íntegramente el acontecimiento de su muerte y resurrección, fundamento de nuestra fe.
Por otra parte, Benedicto XVI señala que “hay que cuidar además, con singular esmero, la acogida del peregrino, dando realce, entre otros elementos, a la dignidad y belleza del santuario, imagen de la ‘morada de Dios con los hombres’ (Ap 21,3)”.
También indica la importancia de cuidar “los momentos y espacios de oración, tanto personales como comunitarios; y la atención a las prácticas de piedad”.
Además, añade, “nunca se insistirá bastante en que los santuarios sean faros de caridad, con incesante dedicación a los mas desfavorecidos a través de obras concretas de solidaridad y misericordia”.
El Papa destaca la importancia de fomentar en los santuarios “una constante disponibilidad a la escucha, favoreciendo en particular que los fieles puedan acercarse al sacramento de la Reconciliación y participar dignamente en la celebración eucarística, haciendo de ésta el centro y culmen de toda la acción pastoral de los santuarios”.
De esta manera, indica Benedicto XVI citando la homilía en la solemnidad del Corpus Christi del año 2008, “se pondrá de manifiesto que la Eucaristía es, ciertamente, el alimento del peregrino, el ‘sacramento del Dios que no nos deja solos en el camino, sino que nos acompaña y nos indica la dirección’”.
El Obispo de Roma destaca que “la celebración de la Eucaristía bien puede considerarse la culminación de la peregrinación”.
El Papa exhorta a “los que os dedicáis a esta hermosa misión” a que “con vuestro cuidado pastoral, favorezcáis en los peregrinos el conocimiento y la imitación de Cristo, que sigue caminando con nosotros, iluminando nuestra vida con su Palabra y repartiéndonos el Pan de Vida en la Eucaristía”.
“De este modo -subraya-, la peregrinación al santuario será una ocasión propicia para que se vigorice en los que lo visitan el deseo de compartir con otros la maravillosa experiencia de saberse amados por Dios y ser enviados al mundo para dar testimonio de ese amor”.
El Papa, peregrino
En su Mensaje, Benedicto XVI revela que “desde el inicio de mi pontificado, he querido vivir mi ministerio de Sucesor de Pedro con los sentimientos del peregrino que recorre las vías del mundo con esperanza y sencillez, llevando en sus labios y en su corazón el mensaje salvador de Cristo Resucitado y confirmando en la fe a sus hermanos”.
“Como signo explicito de esta misión -explica-, figura en mi escudo, entre otros elementos, la concha de peregrino”.
También recuerda: “Yo mismo peregrinare próximamente a la tumba del Apóstol Santiago, el «amigo del Señor», del mismo modo que he dirigido mis pasos hacia otros lugares del mundo, a donde acuden numerosos fieles con ferviente devoción”.
El Mensaje está dirigido al presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, monseñor Antonio Maria Vegliò, y al arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio Barrio, representantes de la organización del II Congreso Mundial de Pastoral de Peregrinaciones y Santuarios.
En él, Benedicto XVI hace llegar a los congresistas su “cercanía espiritual, que los aliente y acompañe en el ejercicio de una labor pastoral de tanto relieve en la vida eclesial”.
También saluda a las autoridades civiles que han colaborado en la preparación del encuentro, así como al rey de España, “quien ha honrado esta iniciativa aceptando su Presidencia de Honor”.
Alto nivel
Cerca de 300 personas de los cinco continentes comprometidas en el ámbito de la atención pastoral a las peregrinaciones y los santuarios participan en este congreso, con el objetivo de profundizar en la importancia de las peregrinaciones a los santuarios en cuanto manifestación de vida cristiana y espacio de evangelización.
La edición anterior se celebró hace 18 años en Roma. Entre los numerosos ponentes, se encuentran los subsecretarios de las Congregaciones Pontificias para el Clero y para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el rector de los Santuarios de Lourdes, y el presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Las sesiones de trabajo comenzarán este martes a las 9 horas con el saludo de monseñor Vegliò, una presentación del congreso y una ponencia del arzobispo de Santiago de Compostela.
El Papa confía los frutos del congreso “a la intercesión de María Santísima y de Santiago Apóstol, a la vez que dirijo mi oración a Jesucristo, ‘Camino, Verdad y Vida’ (Jn 14,6), al que presento a todos los que, peregrinando por la vida, van buscando su rostro”.
Su Mensaje, con fecha del 8 de septiembre, concluye con una oración a “Cristo Señor, peregrino de Emaús que por amor te haces cercano a nosotros, aunque, a veces, el desaliento y la tristeza impidan que descubramos tu presencia”.